Adriano.
— ¿Me lo vas a decir? — Fabrizio pregunta por... ¿Décima?¿Septuagésima vez quizá?
— No
Respiro, ha pasado una semana y no ha parado con las mismas preguntas. Sabía que mi hermano era exasperante, pero no tan insistente. Aun tenia fe en que se aburriera y olvidase el tema.
— ¿La conozco?
— Puede— bufo cansado.
Fabrizio sacude a nuestro primo que a diferencia de él está haciendo su trabajo. Simone, tan aburrido como yo, tira la pluma sobre el escritorio y me mira soltando un suspiro.
— Ves, Simone, eso ya es más que un no. Conseguiré el nombre.
— Sigue soñando — no he abierto la boca en una semana y no lo haré ahora, al menos con él.
Tuve la mala suerte que tras abandonar la habitación de la abogada y dirigirme a nuestra villa a las afueras de la ciudad, mi querido hermano y mi primo estaban listos para comenzar un trio con una pelirroja en medio del salón, pensaban montar una pequeña fiesta mientras yo dormía, pero para su sorpresa no había ni llagado a casa y no estaba borracho como ellos para decir tonterías.
— Sigue trabajando — me veo obligado a regañarlo porque no aparta la mirada de mí.
— No tengo nada que hacer.
— Siempre hay algo que hacer. ¿Hablaste con Lorenzo?
— Sí, están buscando al antonegra responsable — saca el móvil y se pone a teclear, cosa que solo hace que molestarme.
— ¿Aun seguís en ese punto? Creía que ya lo teníais, fui lo suficientemente claro.
— Lorenzo sospechaba que alguien más estaba implicado, lo dejamos actuar y le estamos vigilando.
—¿Y ha habido avances?
— Tenemos tres, solo nos queda saber para quien nos han traicionado.
— Deja tanto misterio, los quiero aquí esta noche— suelto los papeles que tenía en la mano. — Necesito relajarme.
— ¿La chica del sábado no te dejó satisfecho?
Gruño a mi hermano, solo hace que burlarse mientras se levanta animado. Mi primo y yo seguimos sus pasos.
— ¿Quién era la chica?- Esta vez es Simone que ha tenido la decencia de no preguntar ni una sola vez.
— La abogada de Benavides.
— Que cabrón- silva.
— ¿¡¿A él si se lo dices?!? — Se molesta mi hermano. — Eres un desgraciado.
— Habla tú envidia, Fabrizio, la chica no te dio la atención que buscabas.
— Vete a la mierda, Simone— sisea. —¿Cómo fue?
— El chófer qué nos puso el hotel me comentó que le aprecio raro que nuestra acompañante pasease sola a esa hora sin conocer la ciudad, me dijo por dónde fue y no tarde en dar con ella.
— ¿Y ya está? ¿Así de caballeroso eres ahora? — mi hermano tiene esa mirada de que no se cree una mierda, pero esta vez es verdad.
— No hubo mucho más, pocas palabras y mucho sexo.
— Suena fácil- comenta Simone.
— Cuando volvamos a reunirnos con Antonio pide que la traiga, si es así de sencillo nosotros también podremos probarla— Fabrizio medita y se dirige a nuestro primo. — Tu decías que parecía que se acostaba con el jefe.
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Inevitable Destino
RandomUn mundo en que la sangre se paga con sangre, la palabra del capo es la ley. Gabriella Vitale lleva años lejos de sus raíces, libre del yugo del deber para con la familia. Disfrutando de su vida cómoda y relajada, intentando olvidar aquello de lo qu...