Fabrizio.
Mi hermano pone ambas manos a cada lado de mi cuello y junta nuestras frentes, antes de palmear mi lado derecho.
— Ten mucho cuidado.
— Tu también.
— Lorenzo y yo tomaremos una ruta diferente. — Asiento. — Intenta no matar a Luca Vitale en el camino.
Me alegro de que se aleje o sino le propinaría un puñetazo en toda la cara, es consciente de mi molestia y está forzando que comparta espacio con ese insecto. Volteo y camino hacia mi coche, donde Luca se encuentra sentado muy cómodamente. La traición de mi hermano nunca dolió tanto, lo mataría por obligarme a recorrer todo el camino con este hombre. La primera hora, mi acompañante al menos se entretiene con su teléfono viendo vídeos idiotas, pero cuando pierden su interés comienza a inspeccionar el habitáculo.
— Parece que has limpiado por aquí — no contesto mientras él, cuál inspector de sanidad, pasa una mano sobre mi tapicería. — Al menos tienes un aprobado.
Como si alguna vez estuviera sucio.
Conduzco haciendo el mayor esfuerzo para ignorarlo, pero si en algo se parece a su hermana, es en lo molesto. Abre la guantera, inspecciona el contenido, hace lo mismo con el cenicero, pero sin tocar el interior, hasta que finalmente empieza a cambiar canciones en la consola.
— ¿Puedes parar?
— No me gusta el silencio, estoy nervioso.
— Llevas como vente canciones pasadas.
— Es que no me gusta tu música.
Le tiro mi móvil con rabia y apenas lo atrapa. Solo espero que le haya dolido el golpe.
— Pon lo que te dé la gana.
Juega a ser el dj durante otros minutos en los que tararea y mira por la ventana a pesar de mis bufidos, hasta que decide preguntar.
— ¿Me vas a decir por qué estás enfadado o vas a seguir con esta mierda?— Golpeteo los dedos sobre el volante con ganas de detener el coche y golpearle la cabeza contra la puerta. — Fabrizio, estás siendo infantil.
— ¿Infantil?— Miro casi iracundo con la voz alzada. — ¿De verdad, Luca? Eres idiota.
— La menos dime qué pasa, creí que estábamos bien.
— Todo estaba de maravilla hasta que me grabaste sin mí consentimiento y para colmo me envías— paso la mano por el pelo.
— Ah, que es por eso.
— ¿Y ya está? ¿Ni una disculpa? Lo abrí delante de mi familia, joder.
— Que guarrillo— se ríe. Intento lanzarle un puñetazo pero lo esquiva. — Conduce con cuidado y no nos mates a ambos, anda. — Se reajusta en el asiento. — Siempre grabo mis relaciones, no creí que te molestaría.
— Sorpresa— ironizo. — Lo hizo, pedir consentimiento no cuesta nada.
—Lo siento.
— El daño ya está hecho.
— Bieenn, — se queja molesto, incluso puedo adivinar que rodó los ojos, — si tanto te molestó, lo borraré y listo.
— ¿Lo sigues teniendo?
Intercalo mi mirada entre él y la carretera sorprendido, puesto que yo lo borré inmediatamente después de recibirlo.
— Pues claro, me gusta verme follando...— dice despreocupado. — Incluso a veces me toco con los vídeos.
ESTÁS LEYENDO
Inevitable Destino
DiversosUn mundo en que la sangre se paga con sangre, la palabra del capo es la ley. Gabriella Vitale lleva años lejos de sus raíces, libre del yugo del deber para con la familia. Disfrutando de su vida cómoda y relajada, intentando olvidar aquello de lo qu...