La momia 2

18

Un día después Nick es llevado de nueva cuenta a la oficina de Henry a medio dopaje. De nuevo le sujetan las manos y ahora los pies, pero él no se da cuenta de estos últimos.

Debido al caos del día anterior que causó Set, aun había cosas por levantar y otras ya en orden, pero sobre el escritorio de las cúpulas con flores había un trozo de cerámica de un estante con el que lo golpeó, de inmediato lo acercó a la orilla con la boca, se puso de espaldas y golpeó un poco el mueble para que cayera en sus manos atadas por la espalda para empezar a cortar la cuerda.

Justo en eso entró sin avisar Malik, quien traía de nuevo su arma y un moretón en el lado izquierdo del rostro, seguido de otros hombres, Henry y más gente:

- H: Está bien, pueden irse, déjennos a solas con él.

De los 6 hombres que entraron con ellos dos, solo se quedaron 2:

- H: (camina un poco por el lugar, mira al techo, ríe y se acerca a Nick, se sienta en el escritorio frente a Morton y le da la espalda a los demás que observan atentamente todos los movimientos) Pero miren qué trajo la marea, o ¿debería decir los fríos vientos de Ginebra? ¡Demonios Nick! ¿por qué rayos huiste?

- N: (sorprendido, ríe) ¿Qué? ¿por qué hui? ¿lo preguntas en serio? ¿acaso debo recordarte lo que me querías hacer? ¡Ibas a matarme! ¡Matarme! Todo ¿para qué? ¿para liberar al maldito Set y acabar con un ritual?

- H: (lo mira de ¿en serio?) Y dime, ¿qué hiciste la última vez que estuviste en Londres eh? (le sonríe burlonamente). Huiste de nosotros porque quisimos capturar a Set, pero tú hiciste justo eso que odiaste de mí, tomaste mi daga, la clavaste en tu pecho y todo ¿para qué? (le grita).

- N: ¿Tú daga? ¿de qué hablas?

- H: Nosotros la encontramos, así que técnicamente es nuestra (él sonríe al confundido Nick).

- N: Eso... Fue para ¡salvar a Jenny!

- H: Y lo agradezco, pero pudiste volver con ella y...

Nick dejó de ponerle atención a Henry, porque vio que detrás de Jekyll y todos los que se habían quedado y apuntaban a Nick por cualquier cosa, algo se movió en la sala de examinación de la oficina.

A la par Víctor tocaba la puerta de la habitación de Amelia, al no recibir entró rápidamente y vio que lo único que quedaba era una carta con su nombre, la tomó, vemos que la lee y sonríe.