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Un par de horas después, Nick seguía tomando chocolate, ahora frío y comiendo galletas que había junto a la tetera, Amelia estaba muy ansiosa sentada frente a él, solo los separaba el escritorio, se levantó muy molesta y caminó de nuevo a la puerta del panel táctico.

- A: ¡Al carajo! (empuja y patea la puerta, pero esta no cede) ¡Henry! ¡maldita sea! ¡déjanos salir de aquí! Sé que estás mirándonos (le habla a una pequeña cámara en el techo), solo... déjame salir, te lo suplico (muy ansiosa).

- H: (de nuevo por el altavoz) Amelia, sabes bien que no...

- A: (estresada a full) ¿Que no puedes qué? ¡Maldita sea Henry Jekyll! ¡Sácame de este maldito infierno!

- N: ¿Amelia? (nervioso al verla muy desesperada pateando y golpeando la puerta de nuevo, se levanta, pero no se acerca).

- H: (firme) No Amelia, tienes que calmarte ahora, no los dejaré salir aún.

- A: (grita, llora, es un ataque de ansiedad muy severo) Entonces ¿cuándo?, ¿me tendrás aquí cautiva hasta que anochezca y... ¡ahh! ¡ahh! ¡puta madre Henry! ¡sácame de aquí!

Nick deja de masticar su galleta, se recarga en el muro lejos de ella con algo de miedo y preocupación, porque Amelia comienzan a pintársele de nuevo las uñas de negro, estas empiezan a tener más filo y ser más más puntiagudas, a la par, ella rasga el metal de la puerta con esas uñas.

- A: ¡Ahhhhh!

- H: ¡Amelia! ¡Amelia! ¡Tienes que calmarte! ¡Amelia! ¡Maldita sea!

- N: Yo mejor... mejor...

Nick corre a la biblioteca y se oculta tras uno de los anaqueles, mientras ella deja cada vez más marcas en el metal.

- H: (calmado) Amelia, Amelia escúchame, por favor.

- A: (grita, está agitada) ¿Qué? ¡¿Qué carajos quieres?!

- H: Necesito que respires, hazlo conmigo ¿quieres? Solo inhala (se escucha) y exhala (también se oye el sonido). Inhala, exhala, sé que puedes hacerlo conmigo, anda inténtalo.

Amelia trata de hacerlo, pero algo se lo impide y empieza a ponerse de nuevo muy ansiosa, está faltándole el aire, después hiperventila.

- A: No... no... no puedo ¡no puedo! (ya dejó de rasgar).

- H: Amelia, claro que puedes, solo... solo pon tu mano en la puerta ¿quieres?

- A: (desconcertada) ¿Qué?

- H: Solo pon tu mano en la puerta e inténtalo conmigo, inhala uno, exhala dos.

Amelia logra poner su mano derecha en el frío metal y comienza a hacer las respiraciones, su mano parecía estar tocándose con la de Henry, ya que él había puesto la suya del otro lado de la puerta para apoyarla, aunque ella no lo viera.

Rápidamente comienza a calmarse un poco y para distraerse hablan un poco.

- A: Aun soy ella ¿verdad?, pero ¿por qué?

- H: ¿Qué? (ninguno quita su mano), ¿de qué hablas?

- A: Me refiero a que mi mano izquierda dice mi nombre, pero la derecha aun dice el de ella (cierra los ojos, están con las manos puestas, pero ya están hincados), ¿qué pasa conmigo Henry?

- H: (preocupado, pero no tanto) Bueno... (ladea la cabeza) es extraño, pero podría ser un efecto secundario del suero, tal vez fue muy alta la dosis y tarde un poco en reconocer que eres tú la que tiene el control por ahora y no Xtabay, te mantendremos un poco más vigilada y...

- A: (ríe) ¿Aislada?

- H: Sí, eso em temo (apenado).

- A: (ríe) ¿Qué más da?

- H: Es solo una precaución por...

- A: (en un tono muy calmado, suave, pega la frente a la puerta, ambos siguen con las manos en el metal) Cambiaste mi nombre (suelta una pequeña risa).

- H: (triste y un poco apenado, parece que la ve y no al metal) Creí que era lo menos que podía hacer por ti, supuse que eso es lo que tú habrías querido (traga saliva y espera una respuesta).

- A: (silencio incómodo por unos segundos) Sí, eso creo. Gracias por eso.

- H: No agradezcas.

- A: Por eso y por lo de esta madrugada, gracias por haberme cuidado hasta el amanecer (sonrisas tímidas).

- H: Me encantaría decir que lo hice, pero no fue el caso, yo no... estuve...

- A: Las manchas de una taza de chocolate caliente seco en tu escritorio son un claro signo tuyo Henry. Yo solo... gracias.

- H: Siempre es un placer Amy (le dice el apodo para hacerla reír).

- A: (ríe) No lo digas.

- H: ¿Amy?, ¿en serio?

- A: Es... una tontería del trabajo (sonríen a la puerta), solo eso, jamás me gustó, pero... es distinto, me hace sentir que soy alguien más.

- H: (sonríe) Eso es... es bueno, eres alguien más ahora ¿no? Ser alguien más es... es...

- A: (apenada) A veces ser alguien más es bueno, me ayuda mucho a... a... vivir con esto, solo así logro... encajar, al menos sentir que es así (sonrisas tristes).

- H: Pediré que te trasladen y vigilen en tu cuarto, así por lo menos estarás en un ambiente... propio.

- A: (se levantan) Gracias.

- H: ¿Nicholas?

- N: (sale de la biblioteca con miedo) ¿Sí?

- H: Vail quiere verte, te permitiré irte primero, solo... cuida la puerta por favor.

- N: (es escucha la puerta del escritorio abrirse, corre a ella) Claro (se va).

- A: Supongo que aun me espera un rato aquí ¿cierto? (había dado la espalda a la puerta del panel para ver a Nick marcharse).

- H: Solo si tú quieres esperar más.

En cuanto escuchó la voz de Henry, Amelia volteó de nuevo a ver el panel, pero notó que él ya estaba ahí dentro con ella y detrás Malik con otro hombre armado, los dos armados, listos para escoltarla a la habitación. Amelia pasó de estar asustada a suspirar de alivio en un segundo, asintió en cuanto Jekyll le indicó el camino.

La momia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora