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Un rato después, Amelia se prepara para dormir, alguien toca, le indica que pase, es Henry con el sedante, jeringa y el material necesario para administrárselo.

Amelia se acuesta, le extiende el brazo izquierdo a Henry para que él comience con la aplicación del sedante.

- H: No tardará mucho en hacerte efecto una vez que lo administre.

- A: ¿No? ¿como cuánto? ¿1 hora?

- H: 15 minutos máximo (le sonríe).

- A: (está triste) Bien (mira a otro lado). Te mueres por saber más, ¿no es así?

- H: ¿De qué hablas?

- A: (lo mira de "¿en serio?" con una pequeña sonrisa) Ambos sabemos muy bien a qué me refiero.

- H: (mira al frente con una sonrisa) No lo voy a negar, pero por alguna razón no me contaste antes y respeto eso, aunque... lo único que lamento es haber sido el causante de que te vieras orillada a tomar esa decisión (semblante de tristeza).

- A: (lo mira con lástima, pero él a ella no) Lo hecho está hecho Henry, no te mortifiques más por esa decisión, en tu lugar yo habría hecho lo mismo (se miran con tristeza a los ojos), así que si quieres preguntar... seré un libro abierto.

- H: ¿Qué pasó?

- A: Fue... había sido una semana muy dura, ella me dejó oír cada lamento de los hombres que mataba en el camino de vuelta a casa, pero lo que me hizo tomar la decisión fue... fue... que asesinó a un hombre, pero ninguna notó que en el auto de ese sujeto viajaban sus hijos (traga saliva), entonces... (nerviosa).

- H: Xtabay odia dejar testigos ¿no?

- A: Efectivamente (asiente con tristeza). Cuando volví a tomar el control decidí que ese era mi límite, asesina adultos era mucho, pero niños... no podría nunca más con eso, así que tomé los medicamentos que tenía, todas las pastillas, y para asegurarme de no fallar corté esta muñeca (le enseña la que no tiene el brazalete y Henry ve el corte vertical, ella sonríe con tristeza). Estaba muriendo, porque la vi, muy molesta de pie junto a mí, creí que lo había logrado cuando me dejó, pero poco después... solo tengo pequeños recuerdos de lo que sucedió, Griffin llegó, rompió mi puerta, estaba en una ambulancia (la vemos en una, abre y cierra los ojos con dificultad, trae una mascarilla). Y entonces... desperté un par de días después con ambas manos atadas a la cama. Fue en ese momento que decidí que no dejaría de vivir mis días por ella, Xtabay podría controlar las noches, pero no el resto de mi vida, después logramos convivir una con la otra y pasó todo lo demás.

Henry ya está por administrarle el líquido, por un instante se miran con profunda tristeza, él está por disculparse una vez más, pero ella no se lo permite.

- A: Aguarda.

- H: ¿Qué pasa?

- A: Preferiría... hacerlo sola (señala la aguja y el sedante), eso me calmará, ¿podrías dejarme...? (ante la sospecha de Henry). Mira mis ojos, cafés, todo está bien.

- H: (no tan convencido) Bien, estaré fuera por si...

- A: Todo estará bien Henry, te veré mañana.

- H: Descansa Amelia.

Se sonríen y Henry se va, Amelia toma la jeringa, está por inyectar todo el líquido, pero no lo hace, solo suministra un poco, deja todo en la mesita junto a su cama y se voltea (le da la espalda a la puerta) para dormir un poco.

Henry solo ve el movimiento de la silueta de Amelia a través del cristal y toma eso como suficiente prueba de que lo hizo, se marcha para dejarla descansar.

La momia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora