La momia 2

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- H: (el del pasado le dice a Amelia, aún sentado en su cama) Debes comprenderme, fue la única alternativa después de lo que Hyde te...

- A: (asustada, pero al oír ese nombre lo mira furiosa, con lágrimas brotándole) ¿Lo que Hyde me hizo? (indignada). Él me tomó por el cuello, pero tú... ¡¡tú me mataste!! (le grita con desesperación). Henry me... apareciste en ese momento, no lo puedes negar, reconocería esos característicos ojos azules en cualquier lado, nos miramos y es algo que no podré sacar nunca de mi mente (llorando). Tenías esa expresión, el azul de tus ojos me mostró cuanto dolor y placer había en ti y tuve miedo, porque supe qué ibas a hacerme (vemos a la Amelia del presente soltar más lágrimas, apretar sus labios para contener el llanto inconsolable y mover mucho la cabeza).

Henry muy avergonzado de sí mismo insiste en tratar de tomarle la mano, pero Amelia de nuevo la quita, incluso se baja de la cama, camina a la ventana y le exige que se vaya.

- A: ¡Déjame en paz de una vez por todas Henry! (todo lo dice gritando) ¡Lárgate de la habitación! ¡¡¡Déjame sola maldita sea!!!

- H: (los dos con lágrimas en los ojos) No, ni puedo hacerlo Amelia, lo sabes.

- A: (furiosa) ¡¿No puedes?! ¡Eres un imbécil! ¿por qué a mí? ¡¿por qué me hiciste esto?! (se señala el pecho y llora más).

- H: Por tu bien Amelia, tuve que hacerlo porque te amo, busqué todo, en todas partes, analicé cada opción, por pequeña, mediana o grande que esta fuera, y ¡esta era la única forma de mantenerte con vida! De traerte de vuelta sana y salva, nunca quise lastimarte.

- A: (grita) ¡¡Eso es una mentira!! ¡¡Me asesinaste!! ¡¡¡Si realmente me amaras no me habrías matado y devuelto a la vida por no poder vivir con la culpa de lo que sabes bien que hiciste!!!

- H: Entiéndeme, no fui yo, Hyde fue quien...

- A: ¡El azul de tus ojos Henry! (le grita llorando). Jamás los confundiría (lo mira directo a ellos), cómo podría olvidar l último que vi antes de... de... (traga saliva y le caen lágrimas).