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Pasamos a un flashback de Amelia y Henry en la cama, con las manos entrelazadas, ella admira el anillo.

- H: Tú me aceptaste por quien soy, por quienes soy, por ello hay dos diamantes, por los dos hombres que te aman, que te amamos, con los que decidiste casarte, este (señala el diamante más grande) soy yo, tienes todo mi corazón, todo de mí y este (señala el más pequeño) es Edward, la pequeña parte de mí que amas pese a todo (se sonríen). Este aro (toca toda la banda en su dedo anular) es... eres tú.

- A: (ríe) ¿Yo?

- H: El amor que sientes por nosotros dos, por Hyde y por mí.

Amelia lo mira con ternura, le dedica una gran y romántica sonrisa, entonces le toma el rostro con ambas manos y con gentileza para darle un beso de agradecimiento.

La momia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora