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Finalmente, a solas, Henry se quita, con la mano del guante, las lágrimas que le caen a las mejillas, de pie y sin mirar, presiona un botón del teclado, vemos el monitor, en todo ese tiempo observó a Amelia tocar el violín. El sonido de "Invierno", el final de la pieza, se escucha en todas las oficinas y el museo, la gente voltea al techo para saber de dónde proviene la melodía.

La música retiembla en todos los altavoces, Henry se sienta en el escritorio, mientras ve el monitor, disfruta la pieza y se inyecta la dosis para evitar ver a Hyde.

Amelia, por su parte, está tan ensimismada con "Invierno" que en cuanto termina la pieza está despeinada por completo, sus dedos están acalambrados por el esfuerzo de darlo todo y por recordar cada detalle por más feliz o doloroso que este fuera, sus manos reflejaron todo.

Con la última nota de la pieza, ella finalmente abre los ojos, están todos rojos, al igual que todo su rostro y sus mejillas están total y completamente cubiertas de lágrimas, todo su rímel se ha desvanecido en ellas; quita el violín de su hombro, respira agitada por unos segundos, después de ello baja el instrumento (aún lo sostiene con la mano izquierda) y comienza a sollozar, lleva su mano derecha (aún con el arco del violín a su estómago para tratar de calmarse, pero no puede, porque el dolor es inmenso).

La momia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora