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Tiempo después...

Jenny y Nick viajan e investigan mitos a lo largo del mundo, pero sin irrumpir en viejas tumbas, o al menos eso es lo que dice la postal que recibe y lee Amelia en su oficina.

Una sonrisa se le escapa y decide ir a dar una vuelta al museo, que tiene una gran cantidad de visitantes, antes de salir ve la lanza en la vitrina en una mesa de su oficina, vuelve a sonreís y sale tras apagar la luz.

Ve a las multitudes apreciar el museo de Londres, está feliz, de pronto algo llama su atención. Un hombre la mira con detenimiento a lo lejos, trae una gabardina café y un sombrero negro en la mano, ella lo nota y el sujeto retira la vista.

Amelia, intrigada por el tipo, baja con todos los visitantes, se acerca a donde había visto al hombre, hasta ese momento se da cuenta que es la sección de los Mayas, mira a todos lados, pero no hay nada.

Se asusta y grita en cuanto una mano se posa sobre su hombro.

- H: ¿Qué sucede? (se burla de su reacción) Parece que viste a un dios de la muerte o a un fantasma.

- A: Nada, creí... (lo ve y sonríe), solo creí ver a... no importa (ríe).

Amelia deja de reír en cuanto ve a una de las figuras de la exposición, se acerca al cristal y se saca de onda al ver que la figura de la mujer trae una lanza.

- H: No sabía que habías pedido un cambio (señala la estatua y sonríe).

- A: (preocupada) Yo no lo pedí (ambos se miran muy serios).

Amelia y Henry pasan por el pasillo con los frascos y artefactos de monstruos, van rumbo a la sala de vigilancia para ver quién estuvo ahí, pasan de largo la oficina de ella.

Se detiene en seco y sin decirle por qué a Jekyll, Amelia regresa hasta su oficina, misma que tiene la luz encendida.

- H: Amelia, ¿qué sucede?

- A: Nunca salgo sin apagar la luz.

La momia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora