69

33 3 0
                                    

Ella le recorre el rostro a Hyde con la mirada.

- Xtabay: Tu gran diosa querrás decir (ríen un poco). Cómo te extrañé Eddie, todo este tiempo que esos imbéciles enamorados decidieron estar separados aloraba tu maldito aroma y ¡dioses! Solo ellos saben cuánto extraño nuestras noches junto (risas pícaras entre los dos).

- Hyde: larguémonos (se lo dice al oído, lo que hace sospechar a Nick de que algo no va bien, los dos hombres hacen un ligero contacto visual).

- Xtabay: (también le responde al oído) Encantada, pero primero... hazme un favor y acaba con ellos (le señala con la mirada a Vail y Nick). Entrégamelos y nos iremos (sonrisa malévola).

- Hyde: Será un placer.

Edward le sonríe, se dan un beso muy apasionado y salvaje, entonces da media vuelta para ver a ambos hombres que ya han escuchado el plan.

- V: Nick, dime que no escuché lo que creo que acaban de decir.

- N: Sí, así fue Vail (nerviosos, ponen las manos en posición de guardia).

- V: Y, ¿ahora qué?

Hyde se abalanza contra los dos, tratan de golpearlo, sin mucho éxito lo logran, puesto que cada golpe lejos de hacerle daño, causa en Hyde disfrute más y más el dolor, el momento.

Edward evita un golpe de Vail, lo toma y lo lanza por los aires contra una de las vitrinas, estalla en miles de pedazos el cristal de estas, lo deja semi consciente, va por Nick, forcejean un poco, pero termina golpeándole sobre el escritorio con su risa maquiavélica.

Vail reacciona, se levanta, toma algo para golpearlo, pero cuando está por pegarle por la espalda, Hyde evita rápidamente el golpe, al igual que Nick e el escritorio, quien mira con enojo a Vail por casi lastimarlo, aprovechando esos segundos de distracción, Eddie golpea con algo a Vail, lo deja desorientado, lo toma y lo vuelve a lanzar a un costado, pero ahora sí lo deja inconsciente.

Vuelve con Nicholas, que por el dolor no se ha movido del escritorio, escucha quejidos de dolos y sonríe (Eddie) por ello, vuelve a golpearlo, en un momento Nick mira a Eddie, detrás de él, en la parte izquierda, aparece Xtabay con una sonrisa.

Sin aviso alguno, Xtabay le clava en la espalda la aguja con las dosis a Hyde, quien suelta de inmediato a Nick al sentir el pinchazo, la observa estupefacto.

- Xtabay: Lo siento mi pequeño caos, pero no puedo dejar que acabes con mi dios egipcio de la muerte (le toma la barbilla y lo besa una última vez), no olvides que te amo.

Hyde desaparece y lentamente Henry retoma el control de su cuerpo, recarga ambos puños en el escritorio. Xtabay se acerca a Nick, le da una mano y lo ayuda a levantarse, hace lo mismo con Vail, entonces va con Jekyll.

- H: Tú le ordenaste que los eliminara.

- Xtabay: ¿Qué podía hacer? Dos minutos no eran suficiente para los dos después de que ustedes, malditos infelices, decidieran separarnos sin siquiera consultárnoslo, ¿creen que son los únicos que sufrieron? Necesitaba tiempo con él, eso es todo, no pienso matarte, ni a él (señala a Nick), tú habrías hecho lo mismo de estar en mi lugar y Amelia en el tuyo, ¿o me equivoco? (él solo traga saliva). Eso supuse, una promesa es una promesa.

Xtabay extiende su brazo izquierdo frente a él, justo cuando Henry está por tomar el brazalete para presionar el seguro que administraría la dosis del tranquilizante, ella retira la mano rápidamente y ante la mirada de desconcierto de Jekyll, es ella quien presiona el brazalete y provee del calmante a todo su sistema.

- Xtabay: Fue un placer volver a verte Henry (sonríe) y a ustedes dos, tú tienes un buen sentido del humor (a Vail) y tú... (a Nick) que lindo trasero.

Alcanza a soltar una pequeña isa, pero débil porque el suero ya estaba por terminar de hacer efecto. Sus ojos se cierran y cae hacia atrás, pero no consigue tocar el suelo, porque Henry alcanza a sostenerla por los brazos antes de que eso pase.

- H: Nicholas, Vail, vayan a que les revisen esas heridas.

- N: ¿Y Amelia?

- H: Yo me encargaré de ella.

Los dos asienten y salen, Henry carga a Amelia con ambos brazos, la lleva a través de los pasillos, y ante el desconcierto de todos en ellos sobre qué pasó a puerta cerrada, hasta la habitación de ella, la acuesta en la cama, le pasa un mechón de cabello que le cubría el rostro, detrás de la oreja, se queda un momento observándola.

En su mirada hay culpa, tristeza y vergüenza, se levanta, le quita ambas zapatillas, la tapa, apaga la luz y se va, no sin antes volver a verla desde el marco de la puerta, suspira y cierra la puerta tras él.

La momia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora