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Amelia del presente se comienza a preocupar mientras toca, sus manos se mueven rápido, mientras la Amelia del pasado está muy asustada de Hyde por primera vez, retrocede lentamente.

- A: Eddie no... eso no está bien, no puedes hacerle esto a Henry.

- Hyde: (ríe) ¿No puedo? Pero él sí pude ir diario a ese maldito laboratorio para tratar de terminar con mi vida ¿no? ¿qué diferencia hay Amelia? ¿por qué él sí puede y yo no eh? ¡Dímelo! (le grita y la asusta más). ¿Es porque él ti te importa y yo no? ¿qué no habías dicho que nos amabas a los dos, que querías a Henry tal como era? (la arrincona contra la puerta). Después de todo fue una mentira (él sonríe), ya veo que Henry no es el único hipócrita en esta relación.

- A: Henry...

- Hyde: Soy Eddie Hyde querida (sonríe) y jamás olvidarás de nuevo ¡mi nombre! (le grita furioso).

- A: Edd...

Pero Amelia ni siquiera pudo terminar la palabra, porque Hyde se lanzó contra ella, la tomó por el cuello y comenzó a estrangularla, peleó con todo lo que pudo para intentar liberarse de él, pero le fue imposible. Sus patadas eran cada vez más débiles, las manos que rasguñaban las de él o su rostro, perdían su fuerza, sus intentos por hablar eran en vano, la vida se le escapaba, mientras él la sostenía en alto y solo reía por el espectáculo.

- A: H...Hen...ry...

Con su último aliento trató de detener a los característicos ojos azules que la sostenían del cuello y le quitaban la vida.

La momia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora