La momia 2

25

Por la tarde del siguiente día, Jekyll fue directo a la habitación de Amelia, pero notó que no se encontraba ahí, aun así, decidió entrar, se acercó a la cama y pasó la mano por esta, inhaló el embriagador aroma de su perfume en el aire y cerró los ojos.

Amelia estaba con Nick, quien era examinado y monitoreado de pies a cabeza en la sala de experimentación, estaba en el medio del gran círculo.

Nick estaba casi desnudo, de pie, varias personas le ponían electrodos para monitorear su ritmo cardiaco, la presión, etc.

Ella camina por el pasillo circular que rodea la parte de arriba de donde está Nick, anota un par de cosas y tras agradecer, pide que vayan por más frascos para análisis de sangre, proceden a dejarlos casi a solas, solo queda otra mujer en una de las computadoras para registrar la respuesta de Nick a ciertos estímulos para saber si él o Set reacción y cómo lo hacen, por lo que está encadenado de piernas y manos.

Amelia trae puesto un traje de pantalón azul marino, un chongo despeinado, camisa azul claro y encima una bata gris.

Ante uno de los estímulos, Set hace una breve aparición, mueve la cabeza para ver todo con una sonrisa malévola, mueve sus manos para notar que está encadenado y justo cuando está por tirar de las cadenas, Amelia hace una señal y la mujer de la computadora presiona un botón, el cual suministra una especie de suero a Nick por uno de los cables que tenía conectados.

Los ojos dobles de Ser vuelven a ser los de Nick, quien sacude la cabeza.

- N: Gracias, eso fue muy...

- A: ¿Inesperado?

- N: Iba a decir rápido, usualmente no puedo controlarlo tan rápido para que me deje tomar el control de nuevo, ¿qué... ¿qué fue eso?

- A: Un suero, cortesía de Henry Jekyll, capaz de controlar a casi cualquier criatura.

- N: ¿En serio? Necesitaré una dosis diaria sino nos damos prisa con esto, ¿para qué quieres todos estos datos? ¿qué no es solo conseguir la gena y hacer el ritual?

- A: (ríe) Un poco sí, pero necesito medir qué tal reaccionará Set cuando tengamos que asesinarlo, así sabremos qué hacer en caso de que todo salga de control.

- Mujer: Sra. Rodríguez, tenemos todos los datos necesarios, le llevaré esto al Dr. Jekyll para...

- A: Claro, gracias Helen (se quedan solos, ella sigue caminando alrededor de él, arriba).

- N: ¿Me liberarás pronto o...

- A: Solo dame un (toma nota de algo)... momento, necesito registrar esto en mis notas y...

- N: ¿Es cierto?

- A: (no quita la vista de sus anotaciones) ¿Qué cosa?

- N: Todo lo que nos contaste, sobre ti, ¿es cierto?

- A: (piensa viendo al frente) Sí, es cierto (sonríe y vuelve a la pantalla de sus anotaciones).

- N: Entonces, ¿por qué titubeaste ayer?, ¿tienes otra historia?, ¿cuál es tu historia eh?, ¿cómo acaba alguien como tú verdaderamente relacionada a este... lugar?

- A: (sonríe al verlo) No todos tienen una historia Nicholas.

- N: Eso no es cierto (ríe sacado de onda), todos tienen una historia así (voltea arriba para verla).

- A: (deja de escribir, lo ve, se recarga un poco en el barandal) Nick conmigo puedes ser completamente directo siempre (le sonríe), porque no me gusta que las personas le den tantas vueltas a un asunto para hacer te llegar a lo que quieren conocer, así que sé directo conmigo siempre Nick. Si realmente lo que quieres saber de mí es su soy... diferente al resto del mundo, tal como Henry, Griffin o Víctor, solo pregúntamelo (pequeña sonrisa y vuelve a sus notas).

- N: (suspira) Ok, entonces, ¿eres un monstruo?, ¿por eso llegaste a trabajar aquí, porque eres como ellos?

- A: (le sonríe, camina por todo el círculo) No, no soy un monstruo (ríe un poco) tal cual, pero en sí, ¿qué es realmente un monstruo?, ¿a quién debemos o podemos llamar así?, ¿son acaso monstruos las criaturas enormes, peludas, con colmillos o las que beben sangre?, ¿solo ellos son monstruos? (se miran, ella levanta las cejas). Dime Nick, para ti ¿qué es un monstruo? (ella camina para bajar del círculo a las escaleras). ¿Qué no todos tenemos monstruos viviendo en nuestro interior? Claro, solo que no se ven como los cuentos, las leyendas o la televisión nos han dicho, se presentan en la vida de un millón de formas distintas, desde miradas, acciones, pensamientos, hasta en las palabras que decimos (ya está frente a él, le sonríe).

- N: Entonces, ¿dices que sí eres un monstruo? (algo confundido).

- A: No me gusta la palabra monstruo (le quita uno a uno los electrodos del desnudo pecho, el cual no deja de mirar).

- N: (más confundido, ve que ella le ve el pecho) Entonces...

- A: (sonríe) No me gusta el concepto monstruo, prefiero el término criatura desconocida o ser vivo aun por investigar (ella sonríe, él por compromiso cuando se ven a los ojos). Pero respondiéndote, no, no soy nada de ellos, soy muy... (se pone seria y ve al infinito) diferente.

- N: (se burla) ¿Diferente? ¿qué, igual que Jekyll hay dos seres compartiendo tu cuerpo? (ríen).

- A: (le sonríe tras reír) No, (en tono bromista, retador y sarcástico) soy más peligrosa que ellos dos (sonrisa desafiante, él ríe al pensar que es una broma).

- N: ¿Más peligrosa? Sabes que hablas conmigo y el dios egipcio de la muerte ¿verdad? (ambos ríen).

- A: Llegará el día que te cuente "mi historia" Nick (sonríen), pero aun no, de hecho, preferiría que ese día no llegue nunca.

- N: (ríe) Que no llegue nunca (risa), ¿por q...

Pero Nick no pudo terminar de formular su pregunta, porque Amelia le arrancó el último electrodo y como este estaba muy pegado, le dolió tanto que se retorció un poco, acompañado a ello soltó un pequeño grito.