ᴇᵖⁱ́ˡᵒᵍᵒ

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Hacía dos días que había regresado a Londres, estaba en preparativos de su boda, pero la noticia de que su abuelo Ferdinand se había puesto peor y quería verla le había hecho adelantar su regreso, después Satō Ame la alcanzaría.
Se encontraba en el estudio de su nueva casa, pues con su prometida tenían el plan de mudarse a Inglaterra.
Estaba terminando de acomodar el cuadro que Argos había pintado cuando Björn le llamó para comunicarle que su abuelo quería verla de inmediato.

Dejó todo como estaba para subir al Mercedes Benz e ir directo a la casa de sus padres donde Ferdinand estaba siendo atendido.

Mientras conducía muchos recuerdos venían a su mente, de su abuelo, pero también de la casa de sus padres. Hacía al rededor de dos años que no la visitaba, habían sido ellos los que habían viajado a Escocia. Se preguntaba si todo seguía igual, si su antigua habitación seguía igual que siempre, si podría ver a Rachel o estaba de descanso.

Al llegar pasó directo a la habitación donde estaba su abuelo. Se aproximó a él. Hubo un destello de alegría en los ojos de Ferdinand. Ya hablaba poco y muy quedo, aún así fue un buen momento para ambos.

Al volver a casa tuvo la llamada de Satō Ame.

-¿Cómo estás?

-Bien

-¿Y él?

-Tuvimos una conversación, recuerdos de él. Su salud es delicada, creo que se esforzó mucho hablando

-Quería disfrutar un momento contigo

-Sí. Sabes, me...

Dejó de hablar para ver su teléfono que vibraba, tenía otra llamada.

-Te llamo en otro momento, tengo una llamada de un número privado

Talvez de un cliente, de un socio o alguien que tuviera su nuevo número. Terminó la llamada con su prometida y tomó la otra.

-¿Aló?

-Laurus von Haussen

Reconocería esa voz en medio de muchas voces.

-¿Cómo...?

-Hay algo que los medios hacen mucho y muy bien. Pero no había tenido oportunidad de llamarte. Bueno... es que no tenía tu número y... ¿Cómo estás?

Laurus sonrió sin poder evitarlo, Argos no había cambiado nada, seguía hablando demasiado.

-¿Cómo obtuviste mi número?

-Personas que conocemos, no importa. Supe lo del abuelo... de tu abuelo ¿todo bien?

-Sí. Está muy delicado, pero aún tiene fuerzas para contar historias

Argos, sentada en la silla giratoria de su oficina, jugó con el bolígrafo sobre un papel blanco, hacia mucho que no hablaba con su interlocutora y se sentía un poco cohibida.

-¿Es muy imprudente de mi parte visitarlo?

-Supongo que puedes hacerlo. Pudiste hablar con Björn...

-No es igual. Tu padre puede ser un gran consejero y asesor, pero no es como hablar contigo, no es la misma confianza

-Bueno, yo hablo con él para comunicarle tus intenciones de visita

-Mejor acompáñame

Hubo silencio por parte de Laurus, por un instante miró el cuadro en su estudio.

-Que sea mañana, tengo documentación que revisar y enviar y aco... bueno, mañana ¿de acuerdo?

-De acuerdo

Tears In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora