La conversación entre Argos y sus padres estaba centrada en Yusuf Ali, sus negocios, su familia, anécdotas... Y Laurus no entendía ni un carajo, no conocía al tal Yusuf, ni sabía porqué era el centro de atención en su mesa.—¿Qué te pareció el hijo de Yusuf?
Preguntó Vladimir a Argos. Laurus miró del hombre a la chica, se había perdido de mucho al parecer, pero seguramente habían jugado golf padres contra hijos o familia contra familia, a Vladimir le gustaba ser competitivo.
Igual quería escuchar lo que Argos tenía por decir, casi nunca hablaba sobre otra persona y cuando lo hacía era porque no le agradaba, talvez Vladimir no lo notaría, pero ella sabría de inmediato si le había causado desagrado, la miró atentamente, esperando.—Es un hombre muy agradable...
Inició dejando sorprendida a su esposa, pues no se esperaba eso.
—...sabe mucho de negocios y arte
Argos mentía, por supuesto que sí, pues eso no era ni por cerca de lo que habían hablado, ni siquiera se habían quedado en el club.
—Es bueno conversando, tanto que las horas se pasaron y no lo notamos por estar enfrascados en la plática. Sería bueno hacer negocios con ellos, padre. Incluso creo que sería bueno hacer una pequeña reunión para que mi cuchurrumina los pudiera conocer
Laurus había estado acariciando con el pulgar el dorso de la mano de Argos, escuchando atentamente, había demasiada amabilidad en las palabras de su esposa, lo que convertía todo en falsedad, sin embargo la sonrisa que Argos mostraba era verdadera, Daniel había tenido un gran impacto en Argos que podrían ser buenos amigos... O incluso más que eso.
Para Laurus todo aquello era sólo para quedar bien con Vladimir, de todas formas los tipos de los que hablaban eran amigos de él.
Detuvo sus caricias abruptamente cuando Argos volvió a usar el espantoso apodo, soltó la mano de su esposa y siguió comiendo en silencio mientras los demás se ponían de acuerdo acerca de la cena que debían compartir con los Ali.—Si me disculpan, me retiro, me siento cansada. No creo poder esperarte, amor, disculpa si ya estoy dormida cuando llegues a la habitación
Dio las buenas noches y un corto beso a la mejilla derecha de Argos.
Subió las escaleras alfombradas pensando en que Argos se despediría enseguida, con la excusa de que no podía estar sin ella.
Entró a la habitación y comenzó a desvestirse para tomar un baño de agua caliente, relajarse un poco y después vestirse con un cómodo pijama.A comparación de su esposa Argos se quedó hasta que la cena finalizó, sus padres se habían ido una hora después de la cena, argumentando que ambas necesitaban privacidad y que esperaban que pronto pudieran ir de vacaciones a la cabaña familiar, ella había sonreído "encantada" por la sugerencia, al cerrar la puerta su gesto jovial había desaparecido.
Subió las escaleras directo a la habitación que había estado compartiendo para sacarar sus pertenencias mientras volvía a leer el mensaje de Daniel y la sonrisa volvía a su rostro.Cuando Laurus salió del baño se encontró a Argos parada cerca del armario, con el teléfono en la mano y una sonrisa en sus labios, sonrisa que se desdibujó al sentir la presencia de Laurus.
—Te llamé muchas veces
Inició, caminaba por la habitación secándose el cabello, sin dirigirle la mirada.
—¿Todo bien?
—Todo en orden
—¿Porqué quieres cenar con esas personas si está claro que ese tal Daniel no te agradó? ¿Dónde está tu Jeep? Llegué y no lo vi
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Tears In Your Eyes
Teen FictionArgos y Laurus von Haussen son un joven matrimonio forzado por la conveniencia de sus padres. Han vivido dos años de matrimonio insufrible en el que parecieran estar en guerra entre sí, hasta que nuevamente la visita de los padres de Argos las hace...