ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 60

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Al volver a casa se dirigió a su habitación, rápidamente comenzó a quitarse la ropa para ponerse algo cómodo. En lo que buscaba en su armario sintió a alguien abrazarse a su torso desnudo.

—Si tu madre entrara por esa puerta no le gustaría la escena

Alexandra la soltó y se sentó en la cama, mirándola, observando las marcas en su espalda.

—¿Te divertiste mientras no estuve?

Laurus la miró por el espejo del armario y se miró ella misma, tenía algunas marcas en el pecho, suponía que en la espalda también.
No dijo nada, sólo terminó de vestirse y se acostó en la cama.
Alexandra la miró sospechosa.

—Laurus... Dime que no hiciste una tontería

—De las pocas que me he permitido yo misma

—¿Estás bien?

—Sí

Alexandra estaba preocupada, había algo más, pero habría que sacarle poco a poco la información.

—Supe lo de tu ex suegro

—No me sorprende, tu padre siempre te ha tenido al tanto

—¿Cómo está Argos?

—Está procesandolo. Vienen momentos complicados en la dirección. Sólo espero que Vladimir haya dejado todo arreglado, porque no quiero tener problemas con nada. Al menos Argos ya puede hacerse cargo, y sus dudas, puede rodearse de gente que le ayude y le enseñe

—¿Entonces es el fin de tu intervención?

—Creo que sí

—¿Qué tal el funeral?

—Mucha gente, lo de siempre... Y...

Dijo recordando lo que había sucedido.

—¿Y?

—Creo que Argos está saliendo con una chica. Llegó y me miraba raro, pero a Argos... La mirada hacia ella era especial, con un cariño particular, de la forma en que ella miró a Brooke

—Parece ser una rompe corazones ¿Y Brooke no fue?

—No. Debe estar ocupada o no se enteró

—¿Bromeas? Parece noticia nacional. Era dueño de varios hospitales, no se pasa desapercibido

—Bueno, no sé qué pasó

—Por cierto... ¡Ya volví!

—Sí, ya te ví. Déjame dormir

—¿Para esto regresé?

—No he dormido en toda la noche

Laurus se hizo bolita, se caía de sueño.
La noche se le había hecho eterna, sobre todo con las preguntas de algunos indiscretos que querían saber qué hacía ahí si estaban divorciadas. Ninguna persona sería capaz de entenderlo, ni eso ni nada.

*

Cuando despertó era cerca de las dos de la tarde, Leah estaba en alguna parte de su apartamento, le había dicho que se quedaría con ella por si necesitaba algo. En verdad se portaba como una amiga leal.
Estaba ahí, pensando en cómo esos acontecimientos la hacían sentir. Su madre mencionó quedarse un tiempo, pero Argos no la había invitado a quedarse con ella.

Luego volvieron los sucesos de la tarde anterior a la muerte de su padre. El recuerdo era tan claro como si acabara de soñarlo. Mejor se levantó, el recuerdo era demasiado tentador.

—¡Buenos días!

Saludó Leah con un poco de ironía.

—¿Tanto dormir?

Tears In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora