ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 61

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La luz era insoportable, el ruido era insoportable, el dolor de cabeza era espantoso.
Al girarse en la cama se encontró a su prima acostada a su lado, se había llevado un buen susto.

—Creí que tu mamá te había llevado a la casa

—Bueno, ya sabes cómo es. Además, no voy a darle gusto, luego creerá que tiene poder sobre mis decisiones

—Tengo hambre

Alexa sonrió, sí que le había afectado todo lo que había tomado.

—¿Cómo te sientes?

—Creo que estoy mejor. Tomaré un baño

—¿Voy contigo?

Alexandra le sonrió malvada. Laurus sabía que bromeaba.

—Sí, pero primero llama a tu mamá, seguro le encantaría ver eso

Se rieron imaginando la reacción de la señora Bain.
Más tarde bajaron a desayunar, aunque casi era hora de almuerzo.
Catherine, la madre de Laurus se encontraba ahí.

—Por cómo llegaste anoche, creí que te vería por aquí hasta mañana

Ella bromeó. Alexa se rió suave.

—No es para tanto

—No deberías tomar mucho, te hace daño

Catherine tenía razón, empeoraba la migraña, pero a Laurus no le había importado mucho eso la noche anterior.

Mientras comían y platicaban algunas cosas, Catherine le comunicó.

—Robert me dijo que fueras hoy a su despacho que quería hablar contigo

—De acuerdo

Parecía tan serena, como si nada le perturbara la mente.

—¿Vamos?

Alexandra preguntó, sin embargo su tía se aclaró la garganta y dijo mirándola fijamente:

—Tu mamá está molesta que te pases el día detrás de Laurus, que no le gusta que parezcas su novia y que no quiere seguir leyendo en el periódico que las asocian como tal

Alexa se rió divertida y Laurus se le sumó.

—La presa especularía aún si supieran que somos primas

Intervino Laurus.

—Además, Olivia siempre ha tenido ese problema. No sé qué le molesta tanto

Catherine sabía que era verdad y le molestaba que su cuñada viera a su hija como un tipo de amenaza.

—En algún momento deberías aclarar a los medios de que se trata de tu prima

—Para nada, hasta los que saben que es mentira se divierten con eso. Sólo Olivia no, todos lo sabemos

Más tarde, en el despacho de Robert, Alexandra tomó asiento en uno de los sofás, sabía que lo que su padre trataría con su prima no era de su incumbencia, así que les daría espacio.

—Buenas tardes, tío

Laurus se sentó frente al hombre mientras que un chico, el pasante, de aproximadamente veinte años salía por la puerta dejándolos solos.

—Hola, Laurus. Seré breve. Dave me informó ayer que mañana se le dará lectura al testamento de Vladimir Sharik Berek y me pidió decirte que estuvieras presente

—¿Por qué?

—No me lo dijo. Pero por si acaso, lleva informes actualizados de cómo están las cosas en los hospitales

Tears In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora