ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 47

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—¡Esto no era parte de nuestro trato!

Exclamó Vladimir evidentemente enfurecido. Björn sólo lo miraba desde su silla en su estudio, estaba prendiendose un habano, como de costumbre, haciendo parecer que nada de lo que se le decía tenía importancia.

—El trato era casar a tu hija con la mía, a cambio de asegurar de esa forma la sostenibilidad de los hospitales y la promesa de un día devolver la inversión hecha. Me diste el 10% al no poder pagarme tu deuda, después diste a tu hija como garantía, Laurus obtuvo otro 10% ¿Qué significa? Que simple y sencillamente tú no eres capaz de pagar ni administrar nada. Y ya que nuestro trato incluía ver por el bien de tus hospitales, no puedes quejarte de la intervención de Laurus, está viendo lo mejor para el futuro de tu hija

—Pero es que...

—¿Necesitas dinero?

Vladimir trató de sostener la mirada, después la apartó.

—¿A quién le debes, Vladimir?

—A un político

—No puedo darte más de lo que ya te he dado, sabes que Laurus tampoco, no tienes salida

—Si no le pago ...

—Te lo dije repetidas veces, que dejaras el juego, éstas son las consecuencias. Puedes estar tranquilo, los hospitales están en buenas manos

—¡No lo entiendes!

—No, no lo entiendo. Y tú tampoco lo has hecho. Pide prórroga, invierte tu salario

—Me llevará mucho tiempo

Björn dejó escapar el humo de su habano, mirando con seriedad al hombre frente a él, sabía que las cosas se iban a poner mal, pero él ya no podía meter las manos al fuego por Vladimir.

*

Laurus no estaba cuando despertó, había decepción en su interior ¿Se había cansado de estar todo el tiempo con ella? Intentó borrar la idea, en su lugar pensó en mejor visitarla, seguro estaba con cosas importantes ¿Habría desayunado esa mañana?
Bajó a la cocina buscando a Rachelle.

—Buenos días

Dijo animada, Rachelle se giró y le sonrió.

—Me alegra verla de ánimo, señora Argos

—Gracias. ¿Laurus desayunó antes de irse?

—No, al parecer tenía prisa

—Preparame algo para llevarle. Iré a verla

—Está bien

Argos sólo tenía leve dolor en la pierna, podía caminar sin problema, sólo mantenía reposo por mandato de su ginecóloga.
Subió de nuevo a la habitación a arreglarse, quería verse bien para Laurus.
Se puso una falda negra con cuadros, medias negras, zapatos de cuero, un jersey azul negro y un abrigo pea.
Tomó las cosas que Rachelle le había preparado, Markus ya tenía listo el automóvil, no era necesario decirle a dónde se dirigía, Rachelle se lo había comunicado cuando le pidió preparar el coche.
Estaba emocionada, seguro Laurus se alegraría de verla.

Al llegar al edificio tomó sus cosas y bajó del coche.

—Cualquier cosa te llamaré

Le comunicó a Markus. Entró al lugar y tomó el elevador. Al llegar frente a Ross no pudo evitar el fastidio. La joven mujer estaba en una llamada, al verla tapó el auricular para anunciarle que Laurus estaba ocupada.

—No puedo permitir pasar a nadie, órdenes de la directora

—¡Soy su esposa! A mí no me vas a restringir nada

Tears In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora