Un suave contacto en su piel la despertó, abrió lentamente los ojos encontrándose con esos ojos azules que le cautivaban.
—Buenos días, amor
—Es muy temprano
—Es tarde
Argos se sentó mientras con una mano se frotaba los ojos. Laurus trajo del buró la mesa de cama con el desayuno para las dos y un pequeño pastel con una velita.
—Feliz cumpleaños, mi amor
—¡Oh, Laurus!
Sopló la vela pidiendo tener siempre a Laurus en su vida.
Después de terminar el desayuno apartaron la mesita. Argos se acomodó en el pecho de Laurus.—No quiero que vayas a trabajar
—Tengo qué. Las cosas que dejé pendientes ayer las debo entregar hoy. Trataré de que sea rápido y volver antes. Mi madre llegará cerca del medio día para iniciar con los arreglos
Argos hizo un puchero.
—No me mires así
—¿Porqué no?
—Porque me dan ganas de besarte
—No te detengas
Se miraron un segundo antes de besarse, el ambiente comenzó a aumentar de temperatura, Argos subió al regazo de su esposa, la cuál comenzó a tocar su piel bajo el pijama.
—Hmmm no...
Laurus se separó abruptamente.
—Aún no
—¿Cuándo sí?
—La doctora dijo que hasta la próxima semana, después de el chequeo, si...
—Si todo estaba bien podía volver a mi vida normal... Pues quiero esa vida normal ya ¿Puede ser aunque sea un poco?
—Nada
Laurus la apartó delicadamente.
—Es por tu bien, Argos
La chica se sentó en la cama cruzando los brazos.
—Bueno, que tenga que estar con reposo no significa que no pueda hacerte algo a ti
Sonrió de lado, sobre todo al notar el rostro sonrojado de Laurus, ésta se puso de pie rápido.
—Te veo más tarde
Por precaución sólo se despidió con un adiós y salió. Si se quedaba iba a obviar la recomendación de la doctora y no podía ser así de irresponsable. Salió en su Bristol bullet, con el corazón agitado y esa sensación en todo el cuerpo que le decía suavemente que volviera a casa.
Al salir del elevador y caminar a su oficina, se encontró con Ross de cuclillas buscando quién sabía qué.
Laurus apartó la mirada rápidamente, abriendo la puerta dijo:—Quiero un té de azares, lo más pronto posible
Ross alzó la vista, pero la puerta ya estaba cerrada. Le había parecido raro que su jefa ni siquiera la había saludado.
Laurus se dejó caer en su sofá, tapándose la cara con ambas manos. Debía dejar de pensar en eso, dejar de sentir, pero se estaba dificultando, no podía mentirse a sí misma de que lo necesitaba.
Haciendo acopio de la poca fuerza de voluntad que tenía, se dirigió a su escritorio encendiendo su ordenador, revisando los documentos en su escritorio, necesitaba distraerse en otra cosa, terminar pronto e ir a casa.
Ross entró con el té, lo dejó en la mesa y observó a su jefa.—¿Se encuentra bien, directora?
—Sí
Respondió Laurus sin mirarla.
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Tears In Your Eyes
Teen FictionArgos y Laurus von Haussen son un joven matrimonio forzado por la conveniencia de sus padres. Han vivido dos años de matrimonio insufrible en el que parecieran estar en guerra entre sí, hasta que nuevamente la visita de los padres de Argos las hace...