Tears In Your Eyes

ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 38

—¡¡NO ME PUEDES PEDIR ESO!! ¡POR MI QUE VLADIMIR SE VAYA A LA MIERDA!

Laurus se puso de pie estrellando sus manos contra el escritorio de su padre. Era una escena similar a cuando Björn le había comunicado lo de su matrimonio, la discusión se escuchaba por toda la casa.

Björn ni siquiera se inmutó ante el comportamiento de su hija.

—Si no lo haces, Vladimir perderá gradualmente sus hospitales, sus propiedades, todo, sería un escándalo en el que incluso Argos se vería envuelta

La expresión furiosa de Laurus cambió drásticamente a una de derrota.

—Lo entiendo, pero no puedes pedirme que financie a ese hombre ¿Quieres que me lleve a la quiebra?

—Puedes poner los límites que quieras

—Es que creo que no estás escuchando tu petición. Primero quieres que cubra sus deudas y después que le dé una tarjeta ¿Bromeas? La tarjeta que le había dado él a Argos rebotó precisamente porque no tienen fondos. Vladimir está en quiebra y lo sabe desde hace mucho, aún así siguió aparentando ser un hombre acaudalado. Björn, ésta alianza va a arrastrarte también, sobre todo si no le pones un alto a sus peticiones

—Le debo demasiado a Vladimir y...

—Tu deuda terminó cuando aseguraste el futuro de su hija

—Llega a un acuerdo con Vladimir, algo debe darte a cambio de los beneficios financieros que te pida

Laurus frunció ligeramente el entrecejo.

—Esto no es sólo por ayudarlo, es por los beneficios que obtendrás

—Que tú obtendrás

Rectificó Björn, porque quien haría todos los tratos con el doctor sería Laurus.

—Míralo de ésta forma, esos beneficios estarán a favor de Argos, ella no perderá nada, al contrario, ganará y tendrá asegurado su patrimonio gracias a ti

Laurus se dejó caer en el cómodo sofá frente a su padre, de cierta forma tenía razón, era asegurar el patrimonio de Argos, cuidarlo a futuro. Pero no estaba segura de que estuviera bien seguir financiando a un bueno para nada.

Tomó los papeles que Thornton le había entregado a Björn esa mañana y los hojeó un poco.

—De ayudar a Vladimir sería que deje de estar al frente de sus hospitales, ha estado malversando fondos. Si lo ayudo seguirá pasando lo mismo y yo perderé el dinero que invierta

—Hablalo con él. Si quiere salir del hoyo en el que está, aceptará dejar la presidencia

—Debería dejar a su hija a cargo, así...

—No. Sabes bien que Argos aún no está lista para tal responsabilidad, aún no sale de su burbuja. Además, aún no has empezado a enseñarle sobre administración, quedamos en que debías enseñarle para que el contador no la engañe y sepa ver dónde hay algo mal

—Ya sé, pero sabes que no me queda tiempo

—Toma los fines de semana

Lo meditó, también lo necesitaba para pasar tiempo con su esposa, además que el fin de semana cerraban a medio día y había sido ella la que se quedaba hasta tarde para no tener que lidiar con Argos ¡Cómo cambiaban las cosas!

—Está bien. Hoy mismo hablaré con ella sobre lo que debe aprender

—Hasta que ella esté lista podrá asumir la presidencia. Mientras tanto, creo que lo ideal sería que tú estés a cargo