ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 34

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En la mañana despertó por la luz que entraba en la habitación. Argos aún dormía, se levantó lentamente para ir a lavarse el rostro, al volver vio su celular encendido, se acercó y vio el nombre de Quentin en la pantalla, miró a Argos y decidió contestar yendo abajo, a la sala.

—Espero que sea importante

Su tono serio y formal volvió a ella.

—Su suegro vino hoy temprano a buscarla, directora

Laurus vio su reloj, 4:15 pm en Londres.

—¿A qué fue?

—No me dijo

Laurus pensó, algo andaba mal, no podía ser casualidad lo de la tarjeta de Argos y la visita de Vladimir.

—Necesito que me hagas un favor, quiero que me envíes los informes de las cuentas de Vladimir, todas las cuentas que estén a su disposición. También de la cuenta de mi esposa. Quiero esos informes antes de que salgas del banco ¿Entendido?

Argos había bajado en su bata de seda justo en el momento que Laurus pedía informes a alguien antes de salir del banco. Al final Argos tenía razón, su esposa realmente amaba trabajar tanto que hasta en vacaciones contestaba el celular.
Laurus se giró encontrándose con la decepción de Argos. Terminó la llamada cuando Quentin dijo que pronto tendría los documentos en su correo.

—No es nada, sólo... Detalles que Quentin quiere que revise y le diga si es correcto. Prometo que después de eso seré sólo para ti

Esperó que eso fuera suficiente o ahora sí, Argos cumpliría su promesa de matarla.

—¿Ves cómo prefieres el trabajo a las vacaciones?

¿Detalles? Rodó los ojos y cruzó sus brazos en señal de molestia, pero no quería arruinar su mañana, así que sólo asintió con la cabeza y subió las escaleras para ir al baño.

—Más te vale que ahora me pagues por esa llamada, te pondrás un bikini y lo vas a modelar por cada que contestes una llamada del trabajo

Le gritó desde arriba para acostarse de nuevo en la cama y sacar su celular.
El semblante de Laurus era serio y cansado, su excusa no había servido de nada, mientras ella pensaba en lo que había pasado, Argos revisaba los mensajes archivados entre ellos el chat de Daniel.

—"Espero que tu esposa te dé lo mismo que yo te estoy dando

Dejó el mensaje en visto y recordó cómo Daniel contestó la llamada de trabajo y le pidió a Argos acercarse a él mientras éste le hacía caricias, pero Laurus no, ella sólo le dió una explicación y ya.
Sacudió todos esos pensamientos de su cabeza antes de enojarse de verdad y hacer un berrinche por la inconformidad que no podría explicar, porque eso sería mencionar a Daniel. Respiró hondo y le mando varios mensajes a Rachelle, pues el cumpleaños de su esposa estaba cerca.

—Quiero que compres varias cosas

La lista era demasiado larga, pero contaba con la eficacia de la ama de llaves, sabía que lo haría, por Laurus, la mujer le tenía una lealtad que a ella de cierta forma le molestaba, a parte que ella no era santo de devoción de Rachelle.

Laurus subió las escaleras de dos en dos y entró a la habitación.

—No sé a qué estabas acostumbrada antes de casarte, pero puedo asegurar que más de una vez Vladimir no tuvo tiempo para estar con tu mamá por estar en el trabajo. Todos estos años no te he dado tiempo porque no hemos tenido una buena relación, tú ni siquiera querías estar en la misma habitación. Te estoy poniendo como prioridad al venir a Bora Bora, pero no puedo evitar responderle a quien dejé al frente de mi banco, no quiero un caos al regresar, porque si algo sale mal, yo tendré que pagarlo. Son sólo cinco minutos, de las veinticuatro horas que compartiré contigo. Espero que lo entiendas, porque no voy a repetir algo que debería estar claro para ti sin preguntarlo

Buscó algo de ropa mientras esperaba la terrible reacción de su esposa.
Argos miró las sábanas como un perrito regañado pero tenía razón, su padre no había estado para su madre en muchos años pero también estaba la parte de que Daniel, pese a estar en una llamada de trabajo, le había hecho caso, al ver que Laurus estaba buscando su ropa se acercó a ella por la espalda y le besó la nuca.

-Lo siento... Es sólo que... Se supone que estamos de vacaciones y debes aprender a delegar más las cosas. Lamento mi comportamiento de hace rato... Como compensación... Reservé un lugar en el mejor spa y tenemos cita a las 12 aparte de que reservé una habitación en ese hotel. Usé la tarjeta que me diste...

Dijo tranquila sentándose a un lado de Laurus para tomar su mano.

—¿Delegar más cosas? Mucho esfuerzo hice de dejar mi banco en manos de Thornton. Sólo fueron cinco minutos para aclarar su duda

Se giró para ver a su esposa.

—¿Porqué reservaste un hotel? No me molesta, pero no entiendo ¿Porqué pagar por hospedaje cuando ya tenemos?

—Perdón, perdón. Sólo no entiendo bien todo eso... Reservé el lugar porque tenía ganas de ir

Guardaron silencio un momento, mirando a diferentes lugares.

-De verdad quiero que lo nuestro funcione, Lau...

Se puso de pie y camino hasta el baño para meterse a dar una ducha, tenía una sorpresa para Laurus, quería darle un regalo adelantado y todo eso que había hecho lo hacía porque de verdad quería hacerlo.

—Yo también quiero que funcione, no sabes cuánto

Dijo suave, sin la intención de que Argos la escuchara. Comenzó a cambiarse la ropa en lo que la otra estaba en la ducha.
Una vez que Argos salió del baño se envolvió en una toalla y buscó si ropa. Un vestido floreado con sandalias de tacón. Tomó un bolso diciendo:

—Guarda aquí un cambio de ropa para irnos ya al spa, allá podemos comer y todo eso ¿Sí?

En una maleta pequeña guardó dos juegos de lencería, un par de zapatos, ropa y cosas de uso personal.

—Anda, el transporte no tarda en llegar por nosotras

Apresuró.

—¿Cuánto tiempo vamos a estar ahí?

Preguntó terminando de guardar la ropa en la maleta.
Laurus comprendió que no tenía escapatoria ahí, tendría que cumplir los deseos de Argos y eso incluía ir a su ritmo.

—Vamos a estar un día entero, así que no te vas a librar de mí, Lau

Argos tomó la maleta y bajó para ponerle el arnés a Hades y luego ir al carro.
El camino fue en silencio, pues Laurus parecía enojada. Una vez fuera llegaron al hotel, el cual parecía muy natural, les recibieron con un trago típico y les mostraron su habitacion y les dieron las batas para el spa.

Laurus no podía negar que el lugar estaba bonito, la atención era increíble. Y el spa... ¿Hacía cuánto no tenía un día así de tranquilo y relajante?
Más de una chica le había sonreído, Laurus había correspondido con una leve sonrisa, por educación, aunque sabía que más de una sonrisa había sido coqueta, aunque sin duda Argos había tenido más atención, muchos hombres se habían girado a verla.

—Esto ha sido la mejor idea que has tenido

Intentó halagar. En verdad se sentía muy bien. En verdad tenía muchas ganas de relajarse y disfrutar al lado de Argos.
Estar lejos de todos le daba el tiempo suficiente para fijarse en la chica a su lado, en cada detalle.
Estar sólo con ella le permitía abrir su corazón y dejarla entrar.

Co-escritora: totoroz001

Tears In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora