ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 68

70 11 0
                                    

Laurus se secó las mejillas lo mejor que pudo. Era verdaderamente desgastante actuar como si nada le importara, como si hablarle de esa forma a Argos no le doliera. Como si ya hubiera borrado todo lo que había llegado a sentir por ella.
Tomó sus lentes de sol y salió de la oficina fingiendo una tranquilidad que en ese momento no sentía.
Al abrir la puerta había visto brevemente a Argos tecleando algo en la computadora. Siguió su camino como si no hubiera visto a nadie, después se detuvo, se giró un poco y con voz ronca dijo:

—Ni una sola llamada a mi móvil, Berek

Argos alzó la vista sin decir nada, sin mostrar ningún gesto, lo último que Laurus le había dicho había sido suficiente para que no quisiera hablar.
Apartó la mirada y siguió en lo suyo, más tarde tenía clases y quería dejar todo en orden.

Laurus subió al Bistrol Bullet descapotable, era perfecto para esos días de julio.
Se detuvo frente al hotel Henderson y bajó para buscar a Satō Ame en el vestíbulo, al no verla ahí la llamó.

—Estoy esperándote en el vestíbulo

—Lo siento, aún no estoy lista ¿Podrías subir a la habitación y ayudarme con algo?

—Subo en unos momentos

Laurus volvió a salir del hotel para estacionar el automóvil en otro lugar.
Mientras iba en el ascensor se preguntó qué era eso en lo que Ame quería que la ayudara.

Al tocar a la puerta Ame abrió y asomó sólo su cabeza.

—Lamento molestarte con esto

—Ame, no pasa nada

Laurus se quitó los lentes de sol mientras la asiática abría la puerta para que ésta pasara. Las maletas estaban sobre la cama, listas.

—Veo que ya estás lista

—Sí, después del almuerzo regresaré a Escocia

Laurus se giró a ver a Ame, ésta miraba a otro sitio, apenada.

—¿Pasa algo? Dijiste que querías que te ayudara en algo ¿Quieres que te ayude a bajar las maletas?

—No es eso, llevo unos quince minutos intentando subir la cremallera del vestido

Laurus la miró de pies a cabeza, seguía en pantuflas, el vestido era azul y le llegaba a las rodillas. Ame caminó a ella, tímida. Se giró frente a Laurus apartando de la espalda su lacio cabello.

Laurus detalló la espalda blanca, buscando dónde estaba la cremallera. Llevó sus manos a la espalda baja y tiró del carrito.

—Está atorado

—¿Crees que puedes arreglarlo?

La banquera se inclinó un poco tratando de ver cuál era el problema, intentando ser lo más respetuosa posible.

—Se atoró en la tela del vestido, si tiro mucho o muy fuerte se puede romper

Laurus se enderezó.

—Lo mejor sería que te cambies de ropa

Satō hizo una mueca, se giró a Laurus para verla.

—Laurus...

Sus labios formaron un puchero.

—Vamos, no pasa nada. Saldré para que puedas cambiarte con tranquilidad

—No es necesario ¿O sí?

Satō sonrió divertida, haciendo que Laurus también sonriera.

—Creo que me sentaré por allá

Tears In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora