Un Bristol Bullet se estacionaba afuera de la enorme casa. Laurus había tenido una reunión con su padre desde muy temprano para tratar cosas referentes de los bancos. Björn von Haussen no quería que su hija estuviera al frente de sus bancos si ella no obtenía la mejor nota en ética y sobre todo en caligrafía, según porque debía ser elegante en todos los sentidos y dejar de mostrarse al público como si se tratara de una estrella pop.
También quería que lo acompañara a una fiesta de elite, para conocer a personas del medio y de paso a la competencia, el sólo escuchar eso ya sabía que debía asistir con su esposa, ganas de negarse no le faltaban.
Y si fuera poco, también había hablado de su aspecto personal, su cabello, su vestuario y su comportamiento frío, que debía ser más amable, que no entendía cómo Argos, su esposa, la soportaba, que talvez su esposa no la satisfacía y esa era la razón de su mal humor y de ser el caso lo mejor sería que buscara lo que necesitaba en alguien más, a escondidas, para mantener las apariencias.
Se había dejado en evidencia frente a Laurus, ella ya sabía que sus padres estaban casados por conveniencia y apariencia.*
Desde afuera de la casa se podía escuchar el ruido que había en el interior, Argos estaba tocando la guitarra y cantando Zombie. Al entrar ni el mayordomo ni ninguna de las empleadas la miraron, el mayordomo sólo abrió la puerta viendo al piso.
Laurus miró escaleras arriba, el ruido provenía del tercer piso, odiaba no poder llegar a casa y tener paz, como si no fuera suficiente con tener que soportar a su padre y sus cosas.
De dos en dos subió las escaleras, los parlantes estaban afuera, evidentemente Argos estaba haciendo aquel alboroto adrede, abrió la puerta del estudio y se azotó al cerrar, su objetivo era el cable del amplificador, fue directo a él y lo desconectó.-¿Cuántas malditas veces tengo que repetirte que odio el ruido? Tienes todo un estudio ¿Necesitas todo el volumen? No me importa si tocas la batería, la guitarra o lo que sea, me jode que uses todo el volumen y saques los parlantes afuera del estudio
Estaba muy molesta, no había dormido bien, reunirse con Björn, recibir órdenes de estudio, vestimenta y cómo vivir su estúpida vida de casada y para rematar la desconsideración de su encantadora esposa.
Argos arqueó una ceja para soltar una risotada, le divertía ver lo fácil que era hacer enojar a Laurus, estaba siempre de mal humor que era sencillo que explotara rápido.-¿Tan mal estuvo la reunión con mi querido suegro?
Dejó los audífonos en la pequeña mesa y la guitarra en su lugar. Laurus había salido del estudio sin responder la pregunta, Argos la seguía de cerca junto a Hades, su perro, un gran Danés que Laurus a duras penas había aceptado que se quedara, no sin antes tener a Argos toda una semana molestándola.
Al entrar a la habitación principal y cerrar la puerta Argos dijo, como si realmente supiera la razón del enojo de su esposa:-Tenemos que fingir otra vez ¿Cierto? Sueles enojarte más cuando las cosas no te salen. Y por lo visto la reunión no fue nada buena...
Guardó silencio un par de segundos, viendo cómo Laurus se quitaba los lentes de sol y los dejaba en el buró para posteriormente desplomarse sobre la cama.
-...Hubiera sido mejor que fueras hombre, así podrías haber hecho lo que quisieras... Incluso acostarte con todas
Argos gritó aquello como si fuera divertido mientras la otra la miraba con cara de pocos amigos, en seguida corrió fuera de esa habitación para encerrarse en la suya, había provocado a Laurus y seguro iría tras ella. Se echó en su cama sin parar de reír, le encantaba molestarla, porque de todas formas se merecía no tener paz, según Argos.
-¡Cómo la odio!
Gruñó Laurus. Argos era dos años menor, era muy insolente, despreocupada, como si no le importara siquiera tener que vivir en ese infierno. Caminó a la habitación de la chica, porque dormían en cuartos separados, uno de los primeros acuerdos a los que llegaron en la luna de miel, y entró.
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Tears In Your Eyes
Teen FictionArgos y Laurus von Haussen son un joven matrimonio forzado por la conveniencia de sus padres. Han vivido dos años de matrimonio insufrible en el que parecieran estar en guerra entre sí, hasta que nuevamente la visita de los padres de Argos las hace...