ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 23

98 13 0
                                    

Una vez que Laurus salió de la casa Argos se cambió la ropa y guardó un cambio en su mochila.

Cogió su casco y las llaves, llamó a Hades para que saliera con ella y poder colocarle el arnés para sujetarlo a ella y llevarlo consigo. Si se iba a ir todo un día se llevaría a su mejor amigo canino.
Condujo con prudencia por la seguridad del can hasta llegar a donde se encontraba Daniel. Se estacionó y ambos bajaron de su vehículo, se acercó a él y le dió un beso, Daniel miraba atentamente a Hades.

-No quería dejarlo solo y es mejor que se acostumbre a estar contigo, si en algún momento me separo será mejor que ambos se lleven bien ¿Puede irse contigo en el carro?

-No ensuciará nada ¿Verdad?

-Sólo baja la ventana y él estará bien, sabe portarse bien. Yo los seguiré en la moto

-Iremos a mi bungalow, nadie vive cerca así que no importa que nos vean

-Me parece perfecto

Manejaron en carretera unas dos horas, los edificios y casas iban desapareciendo poco a poco y el ambiente costero daba inicio. Aún se podía disfrutar de la playa en esa época del año.

Era un bungalow grande, lleno de ventanales, adornos de mármol, también había piscina y un jardín lleno de setos.
Hades corrió a restregarse en la arena, como si tuviese tiempo de no tocar tierra, eso hizo reír a Argos.
Daniel la tomó de la cintura y la besó, la tomó de los muslos para cargarla y llevarla hasta adentro, hacia la sala, posteriormente terminaron acostados en el sofá.
Rápidamente se deshicieron de la ropa, el cuerpo de Argos ya anhelaba ese tacto, ese cariño y esa emoción, en su mente se decía que Laurus tenía la culpa por no llevarla con ella a Oxford, por dejarla como si nada en la casa, sola.
No llegaría a casa esa noche, se la iba a pasar de maravilla entre los brazos del árabe.

*

Laurus caminaba por los pasillos de aquel hotel, guiada por un empleado del lugar, la primera reunión consistía en un desayuno con unos hombres que no conocía, ahí se suponía que tratarían sobre la inversión de no sabía qué o para qué.
Al llegar al salón indicado los meseros a cargo le indicaron su lugar, era la única silla disponible.

-Perdón por la tardanza

Se disculpó.

-Bienvenida, señorita

Dijo el más viejo.

-Supongo que usted es la hija de Björn von Haussen

-Sí, soy yo

-Es muy joven

Ella sonrió con cortesía, aunque por dentro se sentía incómoda. Un mesero se acercó a preguntarle qué desayunaría, el ambiente tenía el inconfundible aroma a salchichas. Pidió un té, salchichas, tostadas, huevos y tocino, poco después la comida estaba servida.
Todos sus acompañantes se presentaron con ella, era la primera vez que asistía en lugar de su padre, había obtenido preguntas sobre él y la charla se mantenía sólo entre ellos.

Después del desayuno fueron todos a un recorrido por el hotel, al parecer lo que esos tres hombres y su padre querían era invertir en la remodelación del hotel, ampliar algunos lugares y construir un poco más, para ello necesitaban saber si era conveniente invertir y en qué áreas, para saber si valía la pena. Más tarde llegaría el arquitecto e ingeniero para explicarles ciertos detalles.

Después del recorrido, Laurus se dejó caer en el sofá de uno de los bares.

-Debe estar cansada, ésta no es su área ¿Verdad?

Tears In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora