C: 5 - ES UN ODIO MÁS ALLÁ DEL APELLIDO

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Hogwarts-


-Faltaban pocos días para que los estudiantes de Hogwarts regresarán a casa para navidad, al menos los que tuvieran el deseo de ir, o en un caso diferente... los que eran obligados a ir.

Y Apollo Avalón estaba en aquella última categoría, suspirando rendido mientras terminaba de escribir la carta semanal que le mandaba a su madre, esta vez escribiéndole sobre lo encantado que estaba de volver a verla.

"Que mentiroso" pensó. Pero era su deber escribir aquello. Apollo quería quedarse en Hogwarts, le caían mal todos los alumnos y la mayoría de profesores, pero al menos podría comer caramelos y cosas dulces en el Gran Comedor, Dumbledore había mencionado hace dos noches que el banquete de Yule sería para chuparse los dedos. Apollo quería chuparse los dedos, le parecía injusto que su madre le obligará a asistir a aquella cena.

Odiaba Yule, solo era comida seca y sana, porque según su madre, debían cuidar su figura para que el mundo mágico los mirará con envidia, como debían hacerlo; Apollo solo quería comer postres. Había escuchado de Draco, quien se había convertido en un amigo (si podía llamarlo así) el como sus padres destejaban el Yule.

Le daban regalos, comían postres, pavo y tomaban ponche. Su padre no era de demostrar afecto, pero al menos hacía una excepción ese día y en sus cumpleaños del ojigris.

Cuanto daría porque su madre hiciera lo mismo. Estaba solo en aquella habitación, era uno de los privilegios de ser parte de su familia.

Se puso aquel calzado bien lustrado y sin ninguna arruga, se colocó su capa para evitar frío y salió de su habitación, en donde apenas cerró la puerta, se encontró con un rubio emocionado de verlo-

Draco: ¡Apollo! -sonrió-

Apollo: No puede ser. -rodó los ojos-

Draco: ¿A dónde vas? ¿Puedo ir contigo?

Apollo: Primero que nada, buenas tardes. -lo miró rendido- Segundo, no te importa a donde voy. Y tercera, no, no puedes venir. Quiero estar solo.

Draco: Entonces te espero en la sala común. Mamá me envió dulces, ¿quieres comer algunos conmigo cuando vuelvas?

-Aquello le alegró el ánimo a Apollo, dulces, era lo que necesitaba para ser feliz, así que asintió-

Apollo: Te veo en dos horas.

-Draco asintió de acuerdo, y dejo libre el paso al ojiazul, quien salió de aquel pasillo para llegar a la Sala  Común, donde se encontró con su hermana, sentada en un sofá cerca de las ventanas.

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora