C: 91 - EXPELLIARMUS Y DESMAIUS

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Hogwarts-

-Aquel primer Viernes y fin de semana en Hogwarts, la mayoría de estudiantes se encontraban jugando junto a sus amigos, los responsables leyendo o terminando sus deberes en la biblioteca, otros incluso durmiendo o robando comida de las cocinas.

Pero un estudiante en particular se encontraba en el aula de Defensa Contra las Artes Oscuras, creía que estudiaria sus clases privadas con aquel profesor, pero apenas entró y observó a su abuela sentada en la silla detrás del escritorio, se confundió-

Apollo: ¿Qué es esto? ¿Hizo una poción multijugos y ahora intenta pasar siendo mi abuela en Hogwarts? -le miró confuso-

Astrea: Bueno, debía...

Apollo: Sé que mi abuela esta un poco grande, y que a usted le gustan los hombres sensibles, Señor Regulus. Pero Astrea Avalón es más joven que Dumbledore, mucho más. Así que no creo que quitándole de sus cabellos y echandolos en una poción multi...

Astrea: Apollo, soy tu abuela. -lo miró ofendida-

Apollo: Eso es lo que quieres hacerme creer, Regulus. -sonrió divertido, cerrando la puerta detrás de él y caminando hacia el escritorio- Pero conozco bien a mi abuela. Nunca se sentaría en una silla donde ha estado el trasero de cientos de profesores antes. Ella es especial en ese aspecto, además, tus arrugas parecen peores quelss de un troll de montaña...

Astrea: Apollo Reno Avalón, yo te cambie los pañales cuando naciste, y también evite que te tiraras tu mismo de tu cuna por más ocasiones de las que pudieras imaginar. -se puso de pie- Sé que no me gusta la silla cochina y sucia, pero no tenía otra opción.

Apollo: Entonces dígame algo que solo mi abuela, Astrea Avalón, sabría. -sonrió divertido, quedando frente a la persona y cruzándose de brazos- Adelante, Abuela. -susurró burlón al decir aquella última palabra-

Astrea: Te gusta leer los cuentos de Beedle el Bardo a escondidas de todos para que no descubran tu lado infantil. -lo miró divertida-

Apollo: Eso cualquiera que sea cercano a mi lo sabe...

Astrea: A los cinco años intentaste tirar a tu hermana de las escaleras, pero fue ella quien te trabo el pie y te tiro por dos pisos enteros. Te quejaste y lloraste por estar con cabestrillo por tres semanas y no poder tirar a nadie cuando ibas a fiestas con tus padres. -lo miró seria-

Apollo: Bueno, yo...

Astrea: A los ocho les regale a ti y a Atlanta un Micropuff morado para que vivieran la experiencia de tener una mascota, y lo usaste como plomero para limpiar tu habitación por ser peludo y esponjoso. -se cruzó de brazos-

Apollo: Quizá sí...

Astrea: Y cuando fuiste a Grecia, no solo te besaste con mi tierna y dulce Caya, también hiciste que te enseñará a hacer un pastel para la chica que en realidad te gustaba. ¿Quieres que siga? -alzó una ceja-

Apollo: Abuela. -sonrió nervioso- ¿Qué te trae por estos rumbos? Ya te dije que te ves hermosa. -rió inocente-

Astrea: Ojalá hubiera venido a ver a tu hermana, jovencito. -rodó los ojos, caminando de vuelta al asiento de madera detrás del escritorio- Pero desafortunadamente estoy aquí por ti. -lo miró mal- Ven aquí y siéntate, Apollo.

Apollo: Claro. -respondió de inmediato, casi que aventandose a la silla frente al escritorio- ¿Qué pasa?

Astrea: Esta claro que no puedo enseñarte todo lo que sé del libro antiguo de magía oscura desde la distancia. -lo miró- Vendré dos días a la semana para ayudarte con esto.

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora