C: 60 - LA ENFERMERÍA

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Hogwarts-


-Justo como Fleur había prometido, fue ella quien se encargó de que Apollo tuviera los ojos de Hermione puestos en cada momento.

Así que cada vez que detectaba a la Gryffindor cerca, la francesa no dudaba en agarrarle la mano a su amigo, fingiendo ser algo más para Apollo; en el proceso, llevándose algunas miradas de sorpresa.

Algunas chicas se rindieron al intentar acercarse al rubio. Era claro que nadie podía competir contra una rubia francesa mitad veela.

Aquello fue lo que pasó la primer semana. Hermione mientras tanto, al morirse de celos y al mismo tiempo no saber que era eso, se alejó. Ahora se dedicaba a buscar al Búlgaro, pero sólo para un objetivo: Hacer que la dejara en paz.

Ella ya no quería más obstáculos entre ella y Apollo, creía que ambos tenían una maldición cada que uno regresaba a casa, o ambos. Siempre pasaba algo, y ella ya estaba cansada de todo eso.

Así que cuando la segunda semana de Marzo llegó, y Apollo estaba realmente mal con sus alergias, no dudo en hacer un té para el chico. Recorrió junto a los gemelos Weasley todo Hogwarts para que la ayudaran a descubrir las cocinas, en el proceso se llevó la sorpresa de que habian elfos domésticos trabajando sin salario o vacaciones establecidas.

Aquello sin duda la enojo más. ¿Cómo podían tener a elfos trabajando como esclavos? Después de soportar una hora al mirar a los pobres empleados sin sueldo, ella al fin se despidió y agradeció a los gemelos, a los elfos y al cuadro donde entró para salir con aquella taza humeante de té para alergias.

Esperaba que funcionara. Así que cuando llegó a las mazmorras, amorío aliviada de ver a Atlanta salir. La rubia iba con un pantalón y una camisa que seguramente de no convivir con Apollo, Hermione jamás hubiera reconocido que era del rubio.

Aun así, no lo iba a negar, Atlanta tenía estilo. Su mejor amiga tenía buenos gustos.

Pero creía que ella tenía más-

Hermione: Atlanta. -se acercó a la rubia-

Atlanta: Vaya, Hermione. -se sorprendió- Jamás creí verte en las mazmorras. Al menos no sin alguna clase del profesor Snape.

Hermione: Lo sé, solo... ¿Sabes dónde está tu hermano?

Atlanta: ¿Por qué? ¿Ya le pedirás matrimonio? -sonrió burlona-

Hermione: ¿Qué? -la miró sonrojada-

-Atlanta empezó a reír a carcajadas, sin duda amaba burlarse del amor torpe que su hermano y la castaña se tenían.

Le recordaba a ella y a Emily cuando eran tan malas para comunicarse-

Atlanta: Es un chiste.

-Hermione asintió, sonriendo apenas. Ella en serio se había sentido nerviosa de escuchar eso-

Atlanta: Esta en la enfermería. Sus alergias este año parecen que lo atacaron de más. -hizo una mueca- Ahora sí es un Rodolfo el Reno. -sonrió divertida-

Hermione: ¿Esta bien?

Atlanta: Claro que sí, solo quiere descansar del ruido que hay dentro. -señaló ciegamente hacía atrás, justo donde la entrada a la sala común de las serpientes estaba- Crabbe y Goyle están siendo retados por Malfoy a hacer sentadillas. Un espectáculo cero agradable de ver, créeme. -hizo una mueca-

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora