C: 10 - SIGUE SIENDO EL MISMO

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Hogwarts-


-Apollo agradecía estar en Hogwarts, aquellos golpes de su madre lo habían dejado un poco aislado de su familia; Eros trataba de acercarse a él, parecía querer hablarle o comentarle algo, pero Apollo solo lo ignoraba y se encerraba en su habitación.

Con Atlanta trato de evitar pelear, no quería arrastrarla a su desgracia. Ella merecía tener un Yule feliz, y lo tuvo, la rubia se sintió extremadamente feliz cuando vio a todos convivir sin gritar.

Claro, ella vivía en una burbuja de3 colores, misma que su propio hermano le había puesto. Así podía vivir su vida en paz.

Y cuando llegaron a Hogwarts, el primero en buscar a alguien fue Apollo. Sonrió feliz cuando vio al rubio de ojos grises entrar al Gran Comedor y, alzando su mano para decirle que se sentará con él, miró a su hermana-

Apollo: Yo... deberías buscar amigas, Atlantida.

Atlanta: Creí que no te agradaba del todo. -ignoró su sugerencia-

Apollo: Es insoportable, pero tiene dulces y... siento que es real conmigo. -se encogió de hombros-

-Atlanta asintió, dejando que el rubio de ojos grises se sentará del lado derecho junto a su hermano, ella quedando del lado izquierdo, dejando en medio a Apollo. Pero dejo de prestarles atención a ambos rubios, cuando su vista se enfocó en la entrada una vez más.

Se sorprendió de ver a Emily Agreste, junto a sus tres amigos Gryffindor; Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger. Los tres parecían hablar animadamente, como si quisieran contarse literalmente lo que vivieron esas dos semanas junto a sus familias.

Pero la rubia suspiró al ver la sonrisa de la pelinegra, ojalá hubiera sido diferente cuando se conocieron. Quizá pudieron ser grandes amigas, quizá en un futuro alternativo... ella hubiera hablado con la verdad cuando la pelinegra le dio el regalo perfecto, y no aquellas horribles palabras que le dijo.

Atlanta bajo la mirada, justo cuando Draco la saludo, ahora queriendo saber sobre sus vacaciones. Y cuando ambos iniciaron una conversación, fue Apollo quien alzó esta vez la vista, mirando al cuarteto de Gryffindor que se sentaban en su respectiva mesa, pero frente a ellos.

Tenso su mandíbula al ver a la castaña. Ella, tantos problemas solo por ella. Definitivamente era una espina en el zapato, una tormenta a sus días grises, quería castigarla y hacerle saber un poco del dolor que sintió cuando su madre lo golpeó por relacionarse una sola vez con aquel intento fallido de bruja.

Gruñó, pero al ver a la pelinegra a lado de la castaña, concentrada en la persona a su lado, miró a su hermana, quien seguía hablando con Draco; entonces Apollo gruñó más, ¿en serio esa traidora estaba mirando a su hermana? Ahora si tendrían problemas, al menos con dos de ese grupo-

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora