Mansión Avalón.
Verano de 1990--Una noche helada gracias a una poderosa tormenta con viento hacía que las ramas de un gran y viejo árbol de roble golpeara consecutivamente la ventana de la habitación de una prestigiosa y enorme mansión, específicamente golpeaba la ventana de la habitación de las mellizas Avalón.
Aquellas que compartían habitación desde que tienen memoria. Al principio por orden de su padre, pero después, al ya tener un poco más de conciencia, por ruegos de la menor.
Ambas eran iguales. Tenían la piel pálida que podrías confundirlas fácilmente con un cadáver que sufrió hipotermia; sus ojos eran azules y podían hacer que miraras un cielo despejado en cada par, eran delgadas y sus huesudas manos tenían un lunar en forma de snitch (al menos es lo que ellas decían);
Sus narices llenas de pecas hacían que encontrarás estrellas sin ver el cielo nocturno; sus orejas eran las mismas, ni muy grandes, ni muy pequeñas.
Pero había algo que las diferenciaba. Aquella diferencia era que una tenia el cabello corto y era tratada como un varón más, gracias a su peculiar condición con la que nació.
Y la otra, siendo entrenada como una refinada dama y femenina señorita, tenía su rubio cabello largo, al menos hasta sus codos, pero era tan divino que podías suspirar de ternura al ver a la niña de diez años agitando su radiante melena.
Y eso las hacia diferentes. Solo su familia sabía la verdad, solo su familia sabía aquel secreto que Apollo poseía, aquel secreto que el resto desconocía.
Y Atlanta no se quedaba atrás, ella tenía el suyo, el cual debía proteger hasta encontrar al menos un digno hombre con quien casarse cuando tuviera la edad suficiente, de no encontrarlo, aquel secreto sería real, aquel secreto... tendría que darlo a conocer a todo el mundo mágico.
Sus padres, por otro lado, tenían el suyo, aquel secreto que los hacía "diferentes" al resto de los demás. Aquel secreto que los había llevado a mudarse hasta Londres, donde habían iniciado una nueva vida unos años antes de tener a sus dos adorables hijas.
Todos tenían secretos, Cassandra Avalón guardaba los suyos, aparentando ser una increíble madre y una gran esposa; y Eros tenía los suyos, fingiendo ser un hombre recto frente a todos, fingiendo ante el mundo mágico, cuando por dentro era todo diferente.
Pero justamente esa noche, ambas mellizas rubias no lograban conciliar el sueño gracias a aquellos violentos golpes de las ramas en su ventana. Bueno, al menos una de ellas, porque "nuestro" protagonista no conciliaba el sueño gracias a los gritos y los temblores que su hermana melliza daba sin cesar.
Fue Atlanta quien ya no logró seguir con el miedo, ella odiaba las tormentas heladas, la oscuridad. Lo contrario a Apollo, quien no dudaba en decir que dormía cómodamente y en sueño profundo cuando escuchaba el viento azotar su ventana, ya sea con el aire o la rama del roble.
Pero no lograba dormir con su llorona hermana, y cuando la vio correr hasta aventarse sobre ella, rodó los ojos-
Apollo: ¿Qué te pasa, llorona? -gruñó adolorida- Déjame...
Atlanta: Por favor, déjame dormir contigo. -suplicó con ojos llorosos-
-Apollo la miró con una ceja alzada, Atlanta hizo un puchero, mirando a su "hermano", sabía que no podía resistirse cuando hacía esa cara-
Apollo: No. -respondió antes de aventar a la niña al suelo-
-Atlanta cayó sentada, lastimandose su trasero y sintiendo el helado frío del suelo, el cual hizo que se levantara de golpe y nuevamente se aventara a la cama de su hermana, o hermano si debía obedecer las órdenes de sus padres-
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LOS SECRETOS DE AVALÓN - G!P
FanfictionLa familia Avalón tiene secretos, uno importante es sobre aquella niña de cabello corto y rubio; a quien todo mundo parecía tratarla como un chico más. Su vida siendo de las más prestigiosas: Tenía dinero, poder, era sangre pura y su familia era de...