C: 76 - YULE ÚNICO

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Casa Potter-

—Hermione se encontraba en la cocina de la casa Potter, donde todas las mujeres a excepción de Atlanta se encontraban ayudando para la fantástica cena que comerían apenas el sol se ocultara, incluso su gato Crookshanks se encontraba, durmiendo encima de la harina, pero acompañando a todas.

La castaña observó a todas las mujeres; Astrea platicaba animadamente con Dorcas y su madre, mientras preparaban una ensalada y el relleno del pavo. Al fondo se encontraba Emily, quien ayudaba a su madre a meter algunos panes al horno, a Ginny y la señora Molly Weasley preparando el jugo y unas empanadas, y en otra esquina se encontraban Cassandra y Lily; ambas más pegadas a la otra y susurrandose algunas cosas, mientras preparaban algo que Hermione no lograba observar. Sonrió al ver a ambas mujeres así, sin duda alguna tenía que ayudar a su rubio favorito a que esas dos al menos hablaran sobre los sentimientos tan notorios que tenían-

Remus: Hola, Hermione. -saludo el hombre de cicatrices al entrar a la cocina con algunas cajas de cervezas de mantequilla en mano-

Hermione: Remus. -se sorprendió al verlo- ¿Qué hace aquí? Creí que estaría con todos los hombres en el ático. -ladeo la cabeza-

Remus: Sí, eso no es lo mío. -sonrió divertido- Prefiero a cocina, ya sabes. -caminó hasta la barra, dejando las cajas-

Hermione: ¿Beberemos eso en la cena? -miró aquellas cajas-

Remus: Bueno, ustedes siguen siendo menores de edad, nosotros tomaremos vino, claro, con los mellizos.

Hermione: Pero también son menores de edad. -frunció el ceño-

Remus: Sí, pero Cassandra acostumbró a ambos presumidos rubios a beber vino, así que... -se encogió de hombros- Son la excepción.

Hermione: Como siempre saliendose con la suya esos dos. -rodó los ojos riendo-

Remus: Estás son para ustedes. -sonrió- Por si se les antoja.

Hermione: Gracias. -asintió-

Remus: De nada, ¿podrías ir por Apollo y Regulus? Dumbledore vendrá en media hora.

Hermione: Claro, pero... ¿Para qué Apollo necesita a Dumbledore?

Remus: Eso, Hermione, es información que no puedes saber. -la miró- Solo dile a Apollo que se preparé para la llegada de Dumbledore, y Regulus ya sabrá qué hacer.

Hermione: Entiendo. -suspiró- Vuelvo enseguida.

-Remus asintió, y Hermione entonces salió de la cocina, limpiando sus manos llenas de harina en el mandil que llevaba puesto.

Al caminar hacia las escaleras, pensó en qué era aquello importante para que Apollo y Dumbledore estuvieran platicando en una misma habitación; la castaña sabía que la presencia del hombre de barba blanca y lentes de media luna no era coincidencia o algo, algo estaba ocurriendo, y Hermione temia que todo tuviera que ver con el padre del rubio.

Cuando llego al ático, encontró a todos los hombres junto a una servicial Atlata Avalón; Sirius estaba junto a James y Harry, etiquetando algunas cajas enormes. Adrien y su padre estaban escombrando las ventanas y el suelo, Peter Pettigrew y Arthur Weasley guiaban a Atlanta, quien cargaba una de las enormes cajas que los primeros hombres ya habían terminado. Fred, George, Charlie, Percy y Bill Weasley limpiaban las decoraciones que estaban sobre algunos muebles y repisas. Y, al fondo, Regulus Black y Ronald Weasley estaban junto a Apollo, los tres construyendo una especie de mueble al estilo muggle.

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora