C: 30 - EL DIARIO

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Instituto para
Señoritas y Academia
de Varones-


-El día en que los mellizos Avalón debían irse era el día. Los dos estaban tan emocionados de volver a su hogar, al igual que debían volver a Hogwarts.

Mientras Atlanta estaba emocionada y nostálgica por saber que volvería a ver a Emily; Apollo estaba enojado y esperaba no ver a cierta niña que ahora, Marcos Anddclair, pensaba que era su novia.

Por Merlín, ¿por qué siempre se metía el solo en esas cosas? Debía aprender a callarse la boca. Pero no podía, esa mentira ya había sido dicha.

Aun así, estaba ahora sentado junto al chico, quien tenía del otro lado a su hermana Anne. Era una buena niña si se lo preguntaban, a diferencia de Marcos, ella sí que respetaba su privacidad.

Al otro lado de Apollo, sentada junto a él, estaba Atlanta, quien tenía a su lado a Beatriz. Ni siquiera podían entender como los cinco terminaron siendo de cierta forma "amigos", pero ya estaban juntos en aquella ceremonia de "graduación". Donde Madame Misty y el Mayor Roberts entregaban el reconocimiento a las Señoritas y a los Caballeros que habían pasado todo el verano con aquellas dignas clases.

Empezaron llamando al azabache, quien sonrió en grande y antes de pararse, le dio un enorme beso en la mejilla al rubio; quien lo miró con ganas de querer asesinarlo frente a toda la gente, al igual que sintió sus mejillas arder de vergüenza-

Apollo: No hagas eso. -lo empujó-

Marcos: Cierto, solo en la habitación. -le guiñó un ojo divertido antes de ir por su reconocimiento-

-Las tres chicas que habían quedado junto a Apollo rieron bajo, ocultando aquellas sonrisas bajo sus abanicos que traían-

Atlanta: Vaya, Apollito. No conocía estos gustos tuyos. -murmuró divertida-

Apollo: No son gustos. -se cruzó de brazos- Es un pesado, sin ofender, Anne. -miró a la azabache que estaba a un asiento de ella-

Anne: Descuida, sé lo irritante que puede ser mi hermano.

Atlanta: ¿Por qué todos los hermanos son así? -suspiró- El mío lo es siempre.

Apollo: Hey, sigo aquí. -la miró ofendido-

-Pero no pudieron seguir la pelea, cuando Madame Misty llamó a la azabache. Quien se puso de pie de forma elegante, justo como le habían enseñado, y caminó hacia la tarima.

Atlanta miró de reojo a Beatriz, quien parecía nerviosa al mirar aquella caminata. A ella le costaba un poco aún caminar de aquella forma y no quería hacer el ridículo frente a todos esos adultos que parecían importantes.

Así que la rubia suspiró y agarró la mano de Beatriz, llamando su atención y logrando que la chica la mirará-

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora