C: 111 - EL MEJOR MAGO DE SU GENERACIÓN

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Guarida de Eros.
Adentro-


—Apenas Apollo se dio cuenta de que Hermione ya estaba a salvo y del otro lado de la puerta, no dudo en girarse para ver y enfrentar a los encapuchados que, apenas llegaron frente a él, no dudaron en lanzar hechizos para intentar inmovilizarlo.

Apollo apenas pudo evitarlos, moviéndose de un lado a otro, y apenas vio a los primeros tres encapuchados querer hacerle frente y golpearlo para castigarlo por intentar escapar, no dudo en levantar la varita de su novia y lanzarles algunos hechizos-

Apollo: ¡Desmaius! -expresó, lanzando rápidamente el hechizo uno a uno-

-los tres encapuchados salieron volando hacia atrás, totalmente inconscientes. Apollo sonrió, pero al ver como los otros seguidores de Eros corrían hacía él con sus varitas en mano, retrocedió un poco.

Lo único que pudo ver antes de girarse y aventarse hacía una columna de madera que lo protegía un poco, fue varios destellos verdes y rojos pasando cerca de sus cortadas orejas, y en ese momento se dio cuenta que por primera vez, no tenerlas fue una enorme bendición y ventaja en su vida.

Su corazón latía a mil por hora, su frente estaba cubierta por una fina capa de sudor frío al saber que estaba peleando solo contra posiblemente todos los magos que apoyaban a su padre.

Vio como uno de los encapuchados se acercaba corriendo hacía él con una sonrisa maliciosa, y en menos de un segundo, le lanzó un expelliarmus; Apollo se aventó de aquella columna que lo cubría, hacía el frente, rodando en el piso, al mismo tiempo que apuntaba con la varita de su novia a aquel encapuchado, dándole directo en el pecho con un hechizo no verbal, y aventandolo de espaldas al aire.

El encapuchado rebotó sobre la pared de la cabaña, pero al ser esta de madera y la gran fuerza con la que el rubio había ejecutado tal hechizo, el hombre con vestimentas negras atravesó aquella pared.

Apollo se sorprendió al darse cuenta de lo que había hecho, pero aún así, no tuvo tiempo de procesar todo cuando más destellos de luz llegaban hacía él.

Hincado en el piso de madera, Apollo apuntó frente a él y sin decir una palabra una enorme barrera creaba un escudo invisible que lo cubrió y salvó para no recibir ningún impacto, ningún hechizo.

Algunos seguidores de Eros se sintieron nerviosos y retrocedieron al darse cuenta de que un simple joven de diecisiete años les estaba ganando en algo que a simple vista parecía tan lógico sobre quién sería el vencedor. Pero no era así, entonces, algunos se dieron cuenta de que lo que tanto se rumoreaba sobre los hijos de Eros, era cierto, lo que tanto se decía sobre el primogénito de su líder, era verdad.

Apollo era el mejor mago de su generación, con un poder extraordinario que ni miles de hombres con las varitas más poderosas podrían derribarlo-

Apollo: ¡Expelliarmus! -gritó rápidamente, desarmando en menos de un segundo a uno de los seguidores que no había retrocedido- ¡Desmaius!

-los hechizos de Apollo atinaban a sus objetivos, y cada vez más, el rubio avanzaba un paso con cada encapuchado que sacaba de aquel duelo, al igual que los otros empezaban a retroceder.

Apollo se dio cuenta de que estaba cada vez más cerca de la puerta, pensó rápidamente en que con el tiempo que había pasado junto a todos ellos, ya era posible que sus amigos y su familia pudieran haber salido del lugar, que ya estaban a salvo.

Y ahora era su turno. Él no pensaba quedarse ni ser castigado una noche más por Eros o sus seguidores. Había planeado esa escapada por mucho tiempo, había calculado todo sin problema alguno, y aunque ya había sacado a su hermana y a su madre de ese lugar, seguía pensando en que si se quedaba, sería una perdida de tiempo todo lo que sacrificó para ese momento.

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora