C: 57 - UN YULE DIFERENTE

871 89 103
                                    

Mansión Avalón-

-Apenas llegaron, los mellizos Avalón se sorprendieron al ver un pino enorme a lado de la chimenea. ¿Qué hacía un pino dentro de la casa? Aquella pregunta fue olvidada cuando vieron a su madre bajar las escaleras.

Bajaba con un vestido rojo, unos guantes del mismo color que caracterizaban siempre a su persona y unos tacones, de igual forma, rojo.

Apollo sonrió, pero al ver como su madre se agarraba una de sus muñecas como si estuviera sobandola, ladeo su cabeza.

Ella siempre hacía esos ademanes con sus manos, como si estuviera sobando su muñeca o algo así. Pero siempre estaba con sus guantes y Apollo descartaba cualquier golpe después de verla agarrar o mover sus extremidades sin ningún problema minutos después-

Apollo: Madre, ¿te encuentras bien? -preguntó acercándose al final de las escaleras-

-donde apenas la mujer llegó al último escalón, Apollo fue el encargado de tomar su mano buena y ayudarla a bajar-

Cassandra: Gracias, hijo. -lo miró atenta- Vaya, creciste más estos meses.

Apollo: ¿En serio? -sonrió feliz-

Cassandra: Podría decir que ya estas de la altura de Eros.

Atlanta: A propósito, ¿dónde está padre? -preguntó tímida, llegando a ellos-

Cassandra: Su padre no estará este Yule con nosotros, niños. -los miró a ambos-

Apollo: Pero la carta...

Cassandra: Yo siempre envío las cartas. Ya deberían aprender a identificar mi letra, no es como si fuera corriente después de todo. -murmuró, empezando a caminar hacía el comedor-

-Apollo y Atlanta se dieron una mirada confusa. ¿En qué momento iban a recibir el regañó por sus malas actitudes? Si su padre no estaba, ¿a qué hora ocurriría eso?-

Cassandra: Vengan ya, mañana es Yule y hay mucho que hacer si quieren comer hasta engordar.

Atlanta: ¿Qué comeremos? ¿Ensalada? -la miró confundida-

Cassandra: Pensaba en que ahora que Eros no está, y desgraciadamente Astrea no podrá llegar hasta mañana por la tarde... podríamos empezar con una clase de cocina. -los miró, antes de caminar ahora a la cocina-

Apollo: ¿Cocina? -se sorprendió-

Atlanta: Espera, ¿tú cocinas? -la miró perpleja-

Cassandra: Claro, no creerán que mis padres me tenían como niña mimada como nosotros los tenemos a ustedes, ¿o sí?

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora