LOS SECRETOS DE AVALÓN - G!P

C: 89 - LOS SECRETOS DE ASTREA AVALÓN

Casa Potter-

—Cuatro jóvenes se encontraban junto a Astrea Avalón, rodeando aquel recipiente de piedra mágico que les permitía indagar en los recuerdos de una persona.

Esta vez, eran los de Astrea Avalón.

Aquella mujer mayor de cabellos rubios y ojos azules; Astrea siempre había sido caracterizada por todos los que la conocían, como alguien pesadamente comediante. Tenía el don de insultar a alguien de forma divertida, incluso a su propia familia.

Pero cuando la conocías bien, te dabas cuenta de que era callada cuando estaba nerviosa. Se mantenía al margen de todo cuando sentía culpa, remordimiento, que algo pasaba demasiado en su consciencia. Sólo hablaba cuando creía que era necesario. Pero sobre todo, intentaba siempre mostrar esa sonrisa que la caracterizaba.

Y ahí estaba, esa Astrea Avalón que todos conocían. Pero sus nietos sabían todos sus movimientos, así que cuando la vieron con la mirada perdida en su propio bolso, ambos mellizos se dieron una mirada, asintiendo al estar mentalmente de acuerdo en lo que debían hacer.

Así que Apollo y Atlanta caminaron hasta su abuela, cada uno por un lado, y llegando a su lado. Los dos dejaron una sola mano sobre el hombro de Astrea, quien los miró sorprendida al no inmutarse de en qué momento se habían movido-

Apollo: Abuela. -la miró preocupado-

Atlanta: ¿Qué pasa, abuela? -sonrió con serenidad-

Astrea: Mis pequeños nietos. -sonrió enternecida al verlos- Han crecido demasiado. -suspiró-

Apollo: Abuela...

Astrea: No me odien por lo que van a ver a continuación. -los miró suplicante-

Atlanta: ¿Por qué te odiariamos?

Astrea: Porque deje que muchas cosas pasaran por culpa del miedo. -los miró con tristeza- Pero solo fui una víctima más de todo esto.

Apollo: No importa lo que veamos, abuela. Tú siempre serás nuestra favorita. -le sonrió-

Atlanta: Sí, ¿ya se te olvido lo que decíamos cada Invierno que llegabas a la mansión y nos encerrabamos en tu habitación para huir de nuestros padres? -la miró divertida-

-Astrea sonrió enternecida al recordar esas épocas y a sus dos pequeños nietos sentados junto a ella, justo como ahora estaban parados. Los años habían avanzado, Apollo y Atlanta ya no eran esos pequeños niños que buscaban la protección que sabían que Astrea podía darles al estar juntos y lejos de sus padres. Pero aún así, los mellizos  seguían viendo a la mujer como lo mejor que en sus vidas habían visto-

Astrea: Que siempre seré a quien más confianza le tengan. -sonrió mirando a sus nietos-

Apollo: Exacto, Abuela. -sonrió-

Atlanta: Y eso nunca cambiará.

Apollo: Siempre estuviste para nosotros.

Atlanta: Y nosotros siempre estaremos para ti.

Astrea: Gracias mis niños. -les sonrió con amor- Yo... esta bien, creo que ya estoy lista. -suspiró rendida, mirando a todos los jóvenes-