C: 73 - EL QUIDDITCH Y LOS AVALÓN

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Hogwarts-

—Aquella mañana, a tres días para irse nuevamente a la casa Potter para reunirse con su madre y pasar las vacaciones del Yule, Apollo y Atlanta estaban en la habitación del rubio mayor, ambos mirándose el uno al otro con una sonrisa de nervios, pero de orgullo. Su momento de por fin hacer las pruebas de quidditch había llegado, y era por eso que sus corazones latían con demasiada rapidez.

Aun así, al ver la hora, suspiraron, antes de llevar sus miradas a la puerta-

Atlanta: Creo que ya es hora. -miró a su hermano-

Apollo: Lo sé. -sonrió tímido- ¿Irá tu novia a verte?

Atlanta: Por Merlín, Rodolfo, no me recuerdes ese hecho. -murmuró angustiada, llevando sus manos a su cara- De por sí estoy nerviosa, saber que estará en las gradas mirándome es ponerme un peso más encima.

Apollo: Tranquila, Atlantida. -sonrió divertido- Solo no la veas. Concéntrate en tu juego.

Atlanta: Para ti es fácil decirlo. -rodó los ojos, cruzándose de brazos- No tienes nada más de qué preocuparte.

Apollo: Bueno, quiero ser guardián o cazador. -se encogió de hombros- Si no soy bueno anotando o defendiendo los aros, no creo quedarme en ningún puesto. Tú la tienes fácil, eres increíble como golpeadora.

Atlanta: Lo sé, aunque ya sabes que también haré pruebas para cazadora. -sonrió-

Apollo: Entonces espero podamos dar todo de nosotros y demostrar que somos más que ese inútil de Eros.

Atlanta: Haremos que el apellido Avalón tenga un nuevo significado, uno que todos aclamen en lugar de temer. -sonrió-

Apollo: Y lo vamos a conseguir, créeme. -sonrió- Pero ahora es momento de irnos, así que ya salgamos de aquí.

Atlanta: Bien. -suspiró- Es hora. -miró a su hermano-

-y eso fue lo último que Atlanta dijo, porque después de que ambos salieron de la habitación de Apollo, y cerraron la puerta detrás de ellos, con cada paso que daban, empezaban mentalmente a darse ánimos.

Cada uno con las escobas que Lily les había regalado en sus cumpleaños, con sus uniformes de práctica de quidditch, y con los nervios de punta. Al llegar a la sala común, algunos compañeros de su casa los miraron con una sonrisa, en apoyo a aquellas pruebas que se llevarían a cabo a las nueve horas de la mañana; y ambos mellizos salieron siendo seguidos con algunos estudiantes que estarían presentes en aquellas prácticas, entre ellos Draco Malfoy y Daphne Greengrass-

Draco: Así que sí era en serio. -sonrió, caminando a lado de sus amigos-

Apollo: Es nuestro mayor sueño. -sonrió-

Atlanta: Esperamos cumplirlo juntos.

Daphne: Y lo harán. -sonrió a la rubia- Que linda te ves con ese uniforme, Avalón. -le guiñó un ojo-

Atlanta: Gracias, Daphne. -sonrió amable- Espero le guste a mi novia, intente lucirme un poco más para ella. -comentó, mirando su camino y sin querer ver a la rubia a su lado-

Daphne: Cierto, ya tienes novia. -suspiró rendida- Dile a Agreste que te cuide, porque ella y yo no somos amigas. -la miró- Aun así, suerte en tu prueba, Atlanta.

-después de decir eso, Daphne dejó de seguirle el paso a los tres rubios y siguió caminando, ahora con su hermana menor y su grupo de amigas.

Y mientras aquellos rubios llegaban al campo de quidditch, una castaña, una pelinegra y dos pelirrojos se encontraban ya en las gradas del campo de quidditch. Era claro que Hermione Granger no se perdería aquella oportunidad, sabía cuánto Apollo deseaba pertenecer al equipo de Quidditch de su casa, y era por eso que lo apoyaría cuanto pudiera.

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora