C: 86 - LOS MEDICAMENTOS

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Mansión Avalón-


—Hermione jadeo al ver aquella luz verde ir directo a su novio, quien corría a todo lo que la herida de su talón le daba, pero por suerte, el rubio se aventó al suelo del jardín, agarrando el pie de Regulus Black, quien alarmado de ver la escena, no dudo en hacer la aparición de inmediato a la casa Potter.

Todo dio vueltas y vueltas. Aferrado al zapato de Regulus, Apollo sentía el constante pip en su oído herido, sentía todo su cuerpo pesado, las nauseas que le provocaban las apariciones, el dolor del brazo, el dolor de su pie, sentía miles de dolores que nunca en su vida había sentido. Incluso sentía el dolor de haber arruinado aquellas ropas que vestía, las cuales estaban manchadas de su propia sangre, de polvo, de sudor, incluso de pasto. Pero cuando todas las vueltas se detuvieron, y el ojiazul observó la casa Potter frente a sus ojos, jadeo aliviado, y más al ver el perfecto ocaso que se instalaba detras de aquella casa.

Hermione rápidamente se hincó para ayudar a Apollo, y Regulus lo levantó con cuidado-

Hermione: ¿Estás bien? -preguntó desesperada, agarrando las mejillas del rubio e inspeccionando si tenía alguna herida grave-

Apollo: Quiero... quiero descansar. -susurró débil-

Regulus: Ven, Hermione. Ya estamos a nada de llegar. Ayúdame.

-la castaña asintió. Cada uno agarró un brazo del rubio, rodeando ambos pares de hombros y haciendo caminar a Apollo. Apenas se acercaron a la puerta, fue Regulus quien tocó siete veces la puerta, aquello como código de seguridad. Y al instante, la puerta se abrió de golpe, mostrando a una Cassandra Avalón con expresión de susto-

Cassandra: ¡Mi bebé! -expresó, agarrando al rubio de la cara, inspeccionandolo con preocupación- Por Merlín, Apollo. Mira como estas.

Apollo: Un gusto verte, madre. -sonrió adolorido-

Sirius: Están bien. -suspiró aliviado, acercándose a ellos-

Regulus: Sirius, ayúdame a acostar a Apollo en el sofá, ahora. -lo miró firme- El chico está herido.

Cassandra: ¿Qué? -lo miró alarmada-

-Cassandra no pudo seguir haciendo más preguntas, porque en ese momento, Sirius hizo que Hermione dejara de cargar a Apollo y ayudó a su hermano menor a llevar al rubio al sofá grande. Apollo jadeo adolorido, al mismo tiempo que varios pasos apresurados bajaban las escaleras, y de la cocina, salían Lily, James y Dorcas-

Lily: Por Merlín, temí lo peor cuando James nos dijo que se habían quedado atrapados. -corrió hacía los tres- Hermione, estas bien. -la abrazó aliviada-

Hermione: Hay que atender a Apollo, después nos ponemos al corriente. -la miró preocupada-

Atlanta: ¡Hermanito! -expresó apenas bajo de las escaleras, corriendo directo al sofá y arrodillandose frente al rostro de su hermano-

-el cual lucía más pálido de lo normal, y estaba lleno de sangre en la oreja izquierda-

Apollo: Hola, Atlantida. -sonrió adolorido-

Atlanta: Por Merlín, ¿qué le pasó? -miró a la castaña y al ojigris menor-

Emily: Se ve horrible. -expresó sorprendida, llegando a lado de su novia- Es como si un vino tinto le hubiera explotado en la cara. -hizo una mueca-

Hermione: Eso ya lo sabemos, Emily. -la miró mal-

Regulus: Perdió una oreja. -suspiró rendido- James, Dorcas, necesitamos limpiar la herida.

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora