C: 29 - SEÑORITAS Y CABALLEROS DE ELEGANCIA

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Instituto para señoritas y Academia de Varones-


-El primer mes había pasado, y con eso, Atlanta y Beatriz se habían conocido muy bien. Se habían sido cercanas, aunque la ojiverde sentía una enorme tensión cada vez que la rubia le hablaba, aquello hacía que se sonrojada. Ella no entendía por qué le pasaba eso, nunca sintió atracción por las chicas, y que se pusiera nerviosa con solo sentir su presencia la hacía sentir una tonta.

Aun así, Atlanta solo intentaba ser su amiga. En su mente y en aquel tiempo que llevaba dentro del Instituto no había podido dejar de pensar en aquella pelinegra de ojos marrones, Emily Agreste, definitivamente la extrañaba; se había acostumbrado en tan poco tiempo a ella cuando trabajaron juntas para sacar a Lockhart el año anterior, saber que ahora la odiaba era sin duda lo peor que su corazón podía sentir-

Atlanta: ¿Me odiaras siempre? -susurró para ella misma, mientras veía el cielo despejado a través de la ventana del aula donde estaba-

Beatriz: ¿Por qué te odiaría? -sonrió confundida acercándose a ella-

-La rubia sacudió su cabeza mientras negaba, y miró a la chica sentada a su lado-

Atlanta: No, lo siento, no te decía a ti. -sonrió-

Beatriz: Lo sé. -rió bajo- Solo quería saber por qué esa expresión tan deprimente en tu bello rostro. -sonrió, pero al darse cuenta de lo que dijo se sorprendió y sintió sus mejillas sonrojarse- Digo... en tu rostro. -murmuró rápido- No es que no seas bonita, eres bella, muy hermosa y tus ojos son demasiado encantadores que por Dios, me dan ganas de verlos por horas y... no sé por qué estoy diciendo esto. -susurró llevando sus manos a su rostro-

-Atlanta rió bajo, jamás en su vida le había pasado aquello. Agarró las manos de la chica, y las bajo lentamente para poder darse cuenta de que Beatriz estaba sonrojada y con los ojos cerrados, sonrió enternecida al verla de aquella forma-

Atlanta: Abre los ojos, Tris. -sonrió divertida- Prometo no morder.

Beatriz: Claro. -suspiró rendida-

-Y lo hizo, ambos par de ojos se encontraron, Atlanta estaba segura de que los ojos de la chica eran más hermosos que los suyos, pero sin duda le parecía más hermosa su inocencia y su torpeza que mostraba frente a ella. Verla en aquella versión era un paraíso, porque sabía que esa era la verdadera chica detrás de todo ese porte y cada clase que veía en ella desde que la conoció-

Atlanta: Es lindo que pienses eso de mi. -sonrió- Si me lo permites, tu para mí eres la bella obra de arte que mis ojos hayan visto. Tan tierna como un oso de felpa, tan encantadora como un arcoiris, tan natural como la primavera y tan... magnífica como las estrellas.

-Beatriz, en lugar de sentirse mejor, sintió sus mejillas sonrojarse y arder más de la vergüenza. ¿En serio una chica un año menor que ella la estaba haciendo sentir como una niña tonta? Definitivamente sentía que esa chica tenía algo-

Beatriz: ¿Cómo quieres que no me porte así contigo si me dices esas lindas cosas? -suspiró mirándola-

-grave error, Beatriz volvió a sonrojarse-

Beatriz: Deja de hacer eso. -la miró mal-

Atlanta: ¿Qué cosa? -rió confundida-

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora