C: 83 - NERVIOS POR LOS HIJOS

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Hogwarts-

-El banquete de despedida había terminado, Gryffindor como segundo año consecutivo había ganado. Hermione se encontraba tan emocionada por terminar otro año escolar; pensaba en que poco a poco se acercaba a su objetivo, aquel en donde podía llegar a ser alguien importante en el Mundo Mágico, dejar su huella y el aprendizaje de que todos los magos y todas las brujas, no importa si son nacidos de Muggles o Sangres Pura, pueden marcar la diferencia.

Sonreía con emoción mientras estaba sentada en medio de sus dos mejores amigas. Ginny hablaba animadamente con Harry Potter, a quien tenía enfrente, y Emily hablaba con Ron, el pelirrojo un poco desanimado de lo normal, y eso que había comido en exageración gracias al gran banquete que sirvieron.

Aun así, Hermione Granger llevó su vista a aquellos ojos azules que tanto adoraba, aquellos que se habían vuelto sus favoritos, incluso estaba enamorada de ver a su rubio favorito con aquella nariz roja como un Reno. Sus alergias estaban a tope, y aunque él odiaba esa estación, Hermione valoraba mucho, y aunque también se preocupaba de cuidar a su Reno Personal de sus alergias al polen, se divertía al verlo en aquella faceta. Pero a pesar de todo eso, la ojimarrón se confundió al ver a su novio un poco desanimado, parecía incluso que no estaba contento por terminar su año escolar; Apollo, en la mesa de Slytherin, con su hermana Atlanta y Draco Malfoy a sus lados, tenía nervios.

El saber que había acabado un año más en Hogwarts, solo significaba una cosa, y es que Eros entonces podía estar acercándose más a su objetivo del plan; saber que un año más había pasado, significaba que pronto su destino en esa historia estaba acercándose, y el rubio estaba seguro de que tenia miedo. No quería que algo le pasara, mucho menos a sus seres queridos.

Giró lentamente su cabeza mirando con disimulo a su hermana; Atlanta sonreía, incluso reía bajo mientras veía a Daphne Greengrass, quien estaba sentada frente a ella, agregarle lápiz labial a Theodore Nott. El rubio de ojos azules sonrió un poco, y al girar su cabeza a su otro lado, observó a Draco; el ojigris regañaba a Crabbe y Goyle por comer tanto, suspiró al darse cuenta de que quizá lo que conocía, pronto cambiaría.

Hermione ni siquiera sabía lo que Apollo pensaba, pero estaba segura de que no era algo bueno, ya que su novio no era alguien que estuviera con la cabeza abajo y sin llamar la atención. Algo pasaba, y solo esperaba a que el ojiazul tuviera la confianza de decirle aquello que lo abrumaba, así ella podía intentar ayudarlo-

Ron: Escuchen. -pronunció en voz baja, pero audibles para sus amigos-

-todos dejaron lo que estaban haciendo. Harry miró atento a su mejor amigo. Ginny lo miró confundida. Hermione incluso dejó por un momento su preocupación por su novio y observó a uno de sus mejores amigos con total atención. Y Emily, la pelinegra sonrió orgullosa después de lograr su objetivo. Agarró la mano de Ron sobre la mesa, demostrando apoyo, y sonrió con ternura-

Harry: ¿Pasa algo? -lo miró confundido-

Ron: Sí. -suspiró, mirando a cada uno de sus amigos, y sonriendo con nervios- Quiero decirles algo que es sumamente importante para mí. -murmuró-

Hermione: Te escuchamos, Ron. -sonrió-

Ron: Bien. -intento tomar aire para llenarse de valor- Este año yo... creo que he aprendido mucho más de la vida de lo que creí.

-todos asintieron, confundidos por aquello, todos a excepción de Emily Agreste, quien nunca soltó la mano de su amigo-

Ron: Mi corazón me dio a entender que no importa a quién ames. -sonrió- Si te hace feliz, esta bien. Y sé que aquí en el Mundo Mágico el enamorarse de alguien del mismo sexo no está tan mal, solo que mi cerebro aún no me ayudaba a entender que a mi incluso me pasaba eso, que yo también amaba de esa forma.

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora