C: 64 - REFUGIADOS

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Mansión Avalón-


-Los pasos se seguían escuchando aquella mañana del verano. Atlanta y Apollo miraron con terror a su madre. Pensando que era Eros quien había llegado por ellos, ambos sacaron sus varitas, no dudarían en defenderse y defender a Cassandra.

Pero al ver como la puerta de la habitación de la matriarca se abrió, dejando ver al único elfo doméstico de los Avalón que había sobrevivido todos esos años, los mellizos se confundieron-

Atlanta: ¿Pumbo?

Pumbo: Ama Cassandra, los aurores están aquí. -la miró con terror- Pumbo ha llegado por ustedes para dar paso a sus órdenes, ama Avalón.

Cassandra: Gracias, Pumbo. -sonrió- Bien, niños, no quiero que se asusten. Los Aurores estan aquí para detenernos...

Apollo: ¡¿Cómo quieres que no nos asustemos, mujer?! -la miró alterado-

Cassandra: Reno...

Apollo: Es lo peor que puedes decirle a una persona asustada. -expresó rápidamente- Por Merlín, soy muy guapo y hermoso, muy joven y talentoso como para ir a Azkaban.

Cassandra: Apollo...

Apollo: Pero claro que ese maldito nos haría la vida imposible, ¿ahora tengo que pagar por sus crímenes? -gruñó, sumergido en sus propios pensamientos en voz alta-

Cassandra: Hijo...

Apollo: No me veré bien con el uniforme de prisionero, por Merlín, y yo solo quería una cita con Granger. -chilló- ¡Te maldigo a ti, Eros Ava...

-y el rubio no terminó con decir aquello, porque de la nada fue Atlanta Avalón quien lo calló de una cachetada.

Apollo miró perplejo a su hermana, con su mano en la mejilla adolorida. Cassandra solo rodó los ojos al ver a esos dos-

Apollo: ¿Me pegaste?

Atlanta: No, te abracé un poquito. ¡Claro que te abracé, tonto! -lo miró mal- Estamos a segundos de que nos atrapen los Aurores y te pones a divagar sobre tu romance con Hermione. ¿Qué crees que es un juego?

Apollo: Al menos yo...

-pero en ese momento el rubio se tuvo que callar una vez más, por la puertas iban entrando varios Aurores, quienes no dudaron en interceptar a aquella familia de tres.

Apollo cayó al suelo, siendo sujetado por dos Aurores, sus manos en su espalda. Sintió un dolor en el cuerpo al ser tirado con brusquedad, incluso sintió como la varita de uno de aquellos magos estaba siendo enterrada en su cuello-

Apollo: ¡Alto, alto, soy inocente! -gritó aterrado- ¡Tiempo fuera, soy hermoso!

James: Cassandra, Apollo y Atlanta Avalón, quedan detenidos como principales sospechosos y manos derecha del mago tenebroso Eros Avalón. -murmuró-

-el hombre azabache estaba sosteniendo a Cassandra, quien sólo suspiró al mirar quienes eran los Aurores-

Dorcas: Serán retenidos en una celda de seguridad, tanto para el mundo Mágico como el mundo muggle. -murmuró, sosteniendo las manos de la menor de aquella familia-

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora