C: 105 - PLAN H

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Guarida de Eros-



—Tres Lunas habían pasado, las noches heladas en el calabozo para los mellizos, al menos habían sido sustituidas por una acogedora cama.

Aunque lamentablemente, solo era eso, una cama, no dos. Apollo nunca había sido fan de dormir con su hermana, específicamente porque daba patadas a media noche, sin contar sus ronquidos.

Atlanta no tenía problemas con compartir cama con su hermano, a ella le recordaba su bella infancia, cuando se protegía junto a su persona favorita.

Pero a pesar de todo eso, estaban de acuerdo en que eran lo suficientemente grandes como para dormir en esa cama, como para dormir juntos. Así que todas las noches, Atlanta mandaba a Apollo al suelo, claro, con una cama improvisada compuesta por una manta sobre la fría madera, una almohada y una cobija que apenas y le cubría las rodillas.

Pero al menos tenía cama.

Y no estaba en el calabozo húmedo, apestoso, frío, solitario y oscuro.

Habían planeado diferentes estrategias de escape desde que hablaron con los magos y muggles secuestrados en ese lugar. Lucius les aconsejaba por fracción de segundos sobre cómo estaría la situación a la hora de la luna, cuando ya todos debían dormir. Los mellizos le agradecían siempre, y le debían mucho, de no ser por él, quizá en esos momentos Eros los estuviera castigando por traicionar, una vez más, su confianza.

Así que por las mañanas debían fingir ayudar a su padre a construir aquella torre del infierno, como ellos la llamaban, y por las noches, como era esa, planeaban la forma en que podrían salir de ese lugar.

Habían reunido mucha información en tan pocos días, muchos de los muggles y magos secuestrados estaban interesados en poder escapar, no sabían cómo, pero confiaban en esos dos rubios de aspectos denigrantes que irradiaban esperanzas de libertad y vida.

Y esos dos rubios, en ese momento, se encontraban susurrando la información que ese largo y laborioso día, habían tenido. Mientras Atlanta estaba acostada del lado izquierdo de la cama, pegada a la pared, Apollo estaba del lado derecho.

Porque sí, una cosa era dormir, y otra compartir cama para susurrar información y armar sus planes secretos. Eran dos cosas diferentes, y las cuales estaban dispuestos a convivir en el mismo colchón-

Atlanta: ¿A qué hora salen los dos gorilas para lanzar los escudos? -preguntó en susurros-

Apollo: Antes de las nueve de la noche ya está en la plataforma cerca de la Torre. Debemos llegar antes, recuerda, así interceptamos al que se le sale la barba por la capucha, le lanzamos un obliviate, y vamos por el otro.

Atlanta: Da asco el de la barba, no se ve tan cuidada. -hizo una mueca- Pero aún así, da más asco el otro gorila, ese sí suelta un olor repugnante aunque estés a una distancia de Hogwarts a Durmstrang.

Apollo: Lo sé, pero su hedor debe hacer que no tenga ni más de dos neuronas.

Atlanta: Los dos gorilas comparten solo dos neuronas juntos.

Apollo: Cuando mucho una sola, y hasta redondeando. -la miró divertido-

-Atlanta rió, su hermano tenía razón, esos dos eran tan tontos que Crabbe y Goyle juntos. Les recordaban mucho a ellos, pero ni sus compañeros de Slytherin eran tan brutos como para chocar con cada pared que se les atravesaba en frente-

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora