C: 94 - YULE INOLVIDABLE

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Casa Potter-

—Apenas había pasado un día desde que los cinco jóvenes habían llegado a la casa de los Potter. Todos solo habían decidido cenar y después ir a descansar, ya que el viaje en serio se les hizo tedioso, en especial a Emily, quien al bajar del tren, tuvo que ser cargada por su padre después de decirle que le dolían las piernas. Una Atlanta divertida solo los veía salir unos pasos adelante de ella, mientras se burlaba de su novia en el trayecto con Harry Potter.

Apollo y Hermione solo se dispusieron a hablar con Dorcas y Regulus, quienes los ponían al tanto de lo que pasaría con los Anddclair en la casa Weasley.

Así que esa mañana, después de descansar mejor, Apollo fue el primero el levantarse en esa casa, bostezo un poco, sentándose de inmediato en la orilla de la cama, donde podía ver con perfección como la salida del sol estaba en su mejor punto frente a él. Se trono los huesos de las manos mientras se tronaba la espalda, el rubio pensaba que necesitaba ir a su mansión y traer su colchón ortopédico pronto, o se quedaría sin columna.

Aun así, después de pasar casi cinco minutos disociado con la vista a la ventana, se puso de pie, poniéndose sus pantuflas y caminando hacia la salida de la habitación. En el trayecto, se giró para ver a su hermana, pero sonrió divertido al verla aferrada al señor Zanahoria y con la baba por fuera de su boca.

Al salir, de la habitación, cerró la puerta detrás de él, caminando hacía el único baño de ese cochino lugar, que al menos ahora ya no despreciaba tanto al saber ya habían puesto agua caliente incluso en el lavabo.

Aun así, al llegar al baño, y al saber que era el único despierto, ya que no se escuchaban los ruidos habituales que solían haber cuando despertaba después, dejó la puerta abierta, restandole importancia a su privacidad, y así se dispuso a querer hacer sus necesidades.

Y lo hizo, Apollo Avalón estaba despreocupado de la vida, orinando, mientras que la puerta de la habitación de Harry Potter era abierta por el mismo propietario de ese lugar. El azabache menor bostezaba mientras se colocaba sus lentes circulares a la perfección, todo mientras caminaba en dirección al baño. Su caminata no era tan larga, su habitación estaba a sólo dos metros del lugar al que quería llegar.

Y apenas lo hizo, escuchó el sonido de una manguera con máxima potencia; confundido, llegó al baño, encontrándose con un Apollo Avalón despeinado de espaldas a él, aun sin terminar su trabajo-

Harry: ¡¿Apollo?! -frunció el ceño-

-y eso fue suficiente para que el rubio se sobresaltara, girandose de inmediato al azabache, quien lo miró sorprendido al ver que ni siquiera se había tapado o había soltado su miembro. Ambos al darse cuenta de lo que habían visto y hecho, soltaron un grito de terror.

El rubio guardando en su ropa interior por fin aquella cosa, y acomodándose el pantalón pijama mientras sentía hasta su oreja y media arder. Y Harry, hacía una arcada, intentando no vomitar por lo que había visto-

Harry: ¡¿Cómo se te ocurre hacer eso con la puerta abierta?! -lo miró asqueado-

Apollo: Todos están durmiendo, Idiota. -susurró, girandose para ir al lavabo y lavarse las manos, no queriendo darle la cara al azabache después de tremenda vergüenza que había pasado-

Harry: Por Merlín, ahora tendré pesadillas. -se puso en cuclillas, suspirando para intentar borrar esa imagen de su mente-

Apollo: ¿Quién te manda a interrumpir?

Harry: ¿Quién te manda a ti a no cerrar la bendita puerta? -lo miró mal-

Apollo: Perdón. -se giró para verlo- ¿Qué haces en esa posición? -frunció el ceño-

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora