C: 120 - ALLANANDO EN EL MUSEO GRIEGO

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Mágico Museo Griego.
Grecia-


-La nieve continuaba cayendo suavemente fuera del museo, cubriendo las calles y creando una atmósfera inusual para finales de otoño. Las luces interiores del museo brillaban cálidas y acogedoras, contrastando con el frío y el gris del exterior.

Hermione, Caya y Emily cruzaron la entrada principal, sus abrigos aún húmedos por la nieve. Alrededor de ellas, los turistas se movían con calma, admirando las esculturas y las antigüedades esparcidas en las distintas salas del museo-

Caya: No puedo creer que esté nevando en esta época y tan temprano. -murmuró frotándose las manos, mientras observaba por las enormes ventanas de cristal- Ni siquiera estamos en pleno invierno, y ya parece enero. Jamás había pasado algo así aquí.

-Emily, que caminaba junto a ellas con una expresión tranquila pero alerta, asintió-

Emily: Si dices que es extraño, es extraño. -se encogió de hombros- Pero mejor para nosotras. El clima errático distrae a la gente.

-Hermione, ajustándose el cuello del abrigo, no pudo evitar sentirse nerviosa. Sabía que el plan que estaban por ejecutar debía salir a la perfección.

Cualquier error podría arruinar cada hora de preparación y ponerlas a las tres en peligro. La tensión en su estómago crecía a medida que se acercaban a las salas principales-

Hermione: Mantengámonos naturales. -murmuró- No debemos llamar la atención hasta el momento preciso. Recuerden, somos tres turistas británicas en unas vacaciones culturales.

Caya: Soy más británica que ustedes dos combinadas. -respondió en un tono bajo y divertido- Ya verás cómo los griegos nos ven y piensan que somos lo más británico que han visto en su vida. Eh practicado mucho mi acento con Astrea.

-Hermione dejó escapar una risa nerviosa, aunque no pudo evitar sentirse un poco más aliviada al escuchar la broma.

Necesitaban mantener la calma. Sabía que los guardias no estaban acostumbrados a turistas ruidosos, y cualquier comportamiento fuera de lugar podría atraer sospechas-

Hermione: Emily, ¿estás lista? -preguntó, desviando la conversación a lo esencial-

-La pelinegra asintió, su mirada ya fija en la galería hacia la que se dirigían-

Emily: Estoy lista. El plan es sencillo: entro, hago lo mío, y ustedes dos se ocupan de la distracción. Todo debe parecer lo más natural posible.

-Caya miró a Hermione y sonrió-

Caya: Hemos ensayado esto tantas veces que casi podría desmayarme de verdad.

Hermionr: No te pases con la actuación. -advirtió, aunque una parte de ella se sintió tentada a reír ante la imagen de la chica de lentes exagerando su papel- Solo lo suficiente para distraer a todos. Lo importante es que nos vean como un grupo de turistas un poco perdidas.

Caya: Perdidas y dramáticas. -corrigió con una sonrisa torcida- Yo me encargaré de ser lo más dramática posible.

-Emily, quien hasta ese momento había permanecido en silencio, se detuvo al borde de una de las vitrinan-

Emily: Aquí es donde me separo. -murmuró en voz baja, sin apartar la vista de la sala- Ustedes dos saben qué hacer. Háganlo bien y rápido. Nos vemos al final.

-Hermione le dio un leve apretón en el brazo a Emily, quien desapareció entre las sombras de las estatuas y columnas.

Hermione y Caya continuaron caminando con calma, observando las obras de arte, esperando el momento justo-

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora