C: 15 - LO ÚLTIMO DEL PRIMER AÑO

1K 121 20
                                    

Hogwarts-

-Lo que quedaba del resto de año escolar casi terminaba, los alumnos estaban demasiado estresados. La mayoría de cuarto año en adelante, aquellos que ya debían ir pensando seriamente en su futuro; los magos y las brujas de último año se estaban despidiendo de aquel castillo, donde vivían sus últimos exámenes, antes de salir de aquellos terrenos de Hogwarts y enfrentar el mundo real.

No había lugar más seguro que Hogwarts, y ahora, ellos debían valerse por sí mismos. Al menos en el tema del trabajo y la familia.

Pero para dos personas de primer año, parecía como si estuvieran en último. Atlanta y Apollo se encontraban en la habitación del rubio; estaban estudiando cómo nunca antes lo habían hecho, iniciaban con su temporada de exámenes finales y sabían que debían sacar las mejores, no, las mejores no. Las perfectas calificaciones... si no querían tener problemas en casa.

Se habían pasado los últimos diez días estudiando, Draco incluso creyó que se convertían en muertos vivientes porque sólo los veía haciendo eso y se movían poco para comer o darse baños en la mañana y en la noche.

Hermione del otro lado estaba un poco más relajada, sí, le aterraba no tener una calificación perfecta, esa que le demostrará a todos que no pertenecía en ese mundo.

Pero sabía más que nadie que se había esforzado todo el año escolar para ser una de las mejores de su clase, incluso la mejor, pero ella no aceptaría eso hasta que todos vieran lo que ella quería.

Ser aceptada como una bruja más.

Desde aquel día con las flores de Apollo, Hermione sintió una conexión un poco rara, pero única, con el rubio. Aunque claro, debió suponer que cada vez que el chico hace una acción buena, vienen tres peores.

Y después de ese día, cuando Hermione intentó acercarse a él para agradecerle y preguntarle cómo estaba con su alergia, Apollo la ignoró, como siempre solía hacerlo cuando estaba con Draco o con más gente de su casa cerca de él.

Hermione suspiró rendida, no intentó volver a acercarse. Ya se estaba acostumbrando, pero tampoco dejaría a lado su orgullo solo porque el rubio no tenía la valentía de mostrarle su buen corazón frente a su casa.

Emily por otro lado, no era consciente de aquello. Hermione había decidido guardar aquella pequeña y linda acción que Apollo tuvo con ella en la enfermería solo consigo, en su corazón... y con Madame Pomfrey de testigo.

Sabía que sus amigos tomarían mal eso, que volverían a atacarla replanteando las mismas frases que Hermione ya había aprendido en su memoria desde que Apollo Avalón llegó a su vida: Los Avalón son malos, aléjate de él.

 LOS SECRETOS DE AVALÓN  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora