LXXIX

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Tercera persona

El sol brillaba con intensidad sobre el horizonte mientras el catamarán se deslizaba suavemente por las aguas cristalinas del mar. Jana, Ana, Gemma y Jan estaban a bordo, listos para disfrutar de un día perfecto en el agua. La brisa marina traía consigo el olor salino y el sonido relajante de las olas rompiendo contra el casco del barco. La emoción era palpable y el ambiente estaba lleno de risas y anticipación.

Gemma, con su bañador colorido adornado con peces y corales, corría de un lado a otro del catamarán, sus pequeños pies descalzos golpeando el suelo de madera del barco. Su gorra a rayas estaba un poco torcida, pero eso no le importaba en absoluto. Jana y Ana, con sus trajes de baño y gafas de sol, estaban ocupadas asegurándose de que todo estuviera en orden. Jan estaba completamente inmerso en pasar tiempo de calidad con su pequeña sobrina y ambos no paraban quietos.

La mañana comenzó con una serie de juegos en el catamarán. Gemma estaba fascinada por los diferentes juguetes flotantes que llevaban: una pelota inflable, unos anafes y varios juguetes para el agua. Entre Jana y Ana llenaron una pequeña piscina inflable que habíamos montado en la cubierta. Gemma se deslizó felizmente dentro de la piscina, sus risas resonando mientras chapoteaba en el agua tibia y jugueteaba con los juguetes.

Después de un rato, decidieron que era el momento perfecto para explorar el mar. Ana y Gemma, ya preparadas con chalecos salvavidas, se acercaron al borde del catamarán. Gemma, con sus ojos llenos de emoción, se asomaba al agua, observando el mundo marino debajo de la superficie. Jana, con la cámara en la mano, no podía esperar para capturar cada momento.

-Mami ¿Podemos ir al agua ahora?” preguntó Gemma, casi saltando de impaciencia.

-Por supuesto, cariño- respondió Ana con una sonrisa. -Vamos a nadar un poco.

Ana ayudó a Gemma a bajar por la escalera del catamarán, mientras Jana, con su cámara preparada, no dejaba de tomar fotos. Cada gesto de Gemma, cada burbuja que salía del agua, estaba siendo capturado en imágenes que capturaban la esencia pura de la alegría. El agua estaba clara y cálida, perfecta para una mañana de diversión.

Ana y Gemma se sumergieron lentamente en el agua, el mar envolviéndolas en un abrazo refrescante. Gemma se reía con cada ola que las tocaba, sus risas llenando el aire mientras chapoteaba y nadaba con la ayuda de Ana. Jana, desde el borde del catamarán, seguía disparando fotos con entusiasmo. Cada imagen mostraba la felicidad de Gemma y el cariño de Ana, inmortalizando un momento precioso.

A medida que Ana y Gemma se alejaban un poco del catamarán, Jana tomó un par de fotos impresionantes de Gemma nadando. La pequeña se movía con gracia en el agua, sus movimientos eran una danza alegre bajo el sol. Jana capturó el instante en que Gemma se sumergía, salpicando agua y emergiendo con una sonrisa radiante.

-Estas fotos van a ser increíbles- exclamó Jana, sin poder dejar de sonreír.-Mira qué feliz está Gemma.

Ana, desde el agua, miró hacia arriba con una sonrisa.

Tras un buen rato nadando y jugando, Ana y Gemma regresaron al catamarán. La pequeña estaba empapada pero claramente encantada, mientras Ana la envolvía en una toalla seca y cálida. Jana seguía tomando fotos, capturando el momento en que Ana envolvía a Gemma en un abrazo cariñoso mientras se secaba.

El almuerzo en el catamarán fue una experiencia deliciosa y relajante. Jan había preparado una selección de bocadillos frescos y refrescantes, desde frutas y ensaladas hasta sándwiches y bebidas frías. Nos sentamos todos juntos en la cubierta, disfrutando del sol y de la comida, mientras el catamarán se mecía suavemente con el ritmo del mar. Gemma estaba agotada pero feliz, y se acurrucó en el regazo de Ana mientras comía una rodaja de sandía.

Después del almuerzo, el catamarán se dirigió a una cala tranquila donde el agua era especialmente clara y serena. Decidieron anclar el barco y explorar el entorno. Jana y Ana se prepararon para hacer snorkel, mientras Jan y Gemma observábamos desde el catamarán. Gemma, con su curiosidad insaciable, estaba fascinada por los peces que nadaban cerca de la superficie. Mientras Jana se sumergía con su cámara subacuática, Ana y Gemma exploraban los alrededores, señalando los peces coloridos y las formaciones de coral.

El resto de la tarde fue una mezcla perfecta de exploración y relajación. Las fotos de Jana capturaron cada detalle: el brillo del sol sobre el agua, los rostros sonrientes de la familia, y la magia de un día en el mar. El atardecer nos sorprendió con su espectacular despliegue de colores, el cielo cambiando de tonos dorados y rosados mientras el sol se ocultaba en el horizonte.

Ana

Sentada en la cubierta del catamarán, mientras el sol comenzaba a descender en el horizonte y el cielo se pintaba de tonos cálidos y dorados, me permití un momento de reflexión. Gemma dormía plácidamente en mi regazo, su pequeña cabeza recostada contra mi pecho, y Jana y Jan estaban ocupados recogiendo las últimas cosas para nuestro regreso a casa. El suave balanceo del catamarán y el murmullo distante del mar creaban una atmósfera de calma que contrastaba con la vibrante energía de la jornada.

Miré a mi alrededor y no pude evitar sonreír. La visión de mi familia, rodeada de amor y felicidad, era algo que me llenaba el corazón de una manera profunda y reconfortante. No podía dejar de comparar este momento con mi propia infancia, marcada por una realidad muy distinta.

Crecí en un entorno que no conocía lujos ni momentos de relajación como este. Mi vida estuvo marcada por la ausencia de una figura paterna constante y la presencia de mi madre la cual luchó por mantenernos a flote en un mundo que parecía desmoronarse a nuestro alrededor. Desde muy joven, me vi obligada a asumir responsabilidades que a menudo parecían desproporcionadas para mi edad. Cuidar de mi hermano menor era una tarea que asumí con determinación y amor, pero que a veces me dejaba sin tiempo para soñar o para disfrutar de pequeñas alegrías.

En contraste con mi pasado, ver a Gemma crecer en un ambiente lleno de amor, sin las preocupaciones que yo conocí tan bien, me parecía un regalo inmenso. La vida que ella lleva ahora es todo lo que yo deseaba haber tenido. La felicidad en su rostro mientras jugaba en el agua, su risa genuina y su confianza al explorar el mundo a su alrededor, eran testimonio de un entorno afectuoso y estable que había trabajado arduamente para ofrecerle.

Agradecía cada momento que compartíamos juntos, desde los días en el catamarán hasta las noches en casa. Apreciaba profundamente el hecho de que Gemma tuviera el amor de sus dos madres y de su tío, un apoyo incondicional que le proporciona una base sólida sobre la cual construir su vida. El equilibrio y la seguridad que ella experimentaba ahora eran el contraste perfecto con la vida que conocí.

Mi corazón se llenaba de gratitud al ver cómo la vida le ofrecía a Gemma oportunidades para crecer y aprender en un entorno de amor y apoyo. Este momento en el catamarán, con el sol poniéndose y mi familia unida a mi alrededor, era la manifestación de todo lo que había soñado para ella y de todo lo que, de alguna manera, había trabajado para conseguir.

A medida que el sol descendía en el horizonte, sumergiéndonos en una suave penumbra dorada, sentí una paz profunda. Agradecía la oportunidad de ofrecerle a Gemma una vida libre de las preocupaciones que había conocido, una vida llena de amor, estabilidad y momentos especiales. Verla disfrutar de cada instante, rodeada por su familia y sin las preocupaciones que yo conocí, me llenaba de una satisfacción que no podía describir con palabras.

Este era mi regalo para ella, el resultado de todo el esfuerzo y el sacrificio que había hecho para asegurarme de que su vida fuera todo lo que yo había deseado en mi propia infancia. Y en este momento, mientras el mar se calmaba y el día llegaba a su fin, supe que, a pesar de todo, había logrado construir algo hermoso y duradero para mi familia.
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Y aquí tenemos el primer final🥹

No me voy a despedir aquí pero puedo decir que aquí se cierra la historia de Ana y Jana con un final feliz y bonito

Sois felices vosotras ahora toca lo que me gusta a mí😈

𝐍𝐎𝐓 𝐄𝐍𝐎𝐔𝐆𝐇-𝐉𝐚𝐧𝐚 𝐅𝐞𝐫𝐧á𝐧𝐝𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora