Enfrentando la Tormenta
MackenzieEl sol se colaba tímidamente por las persianas de mi departamento cuando me desperté. No había dormido mucho la noche anterior. Desde mi conversación con Frederick, mis noches se habían convertido en un torbellino de pensamientos y emociones que no me dejaban descansar. Me quedaba en la cama, mirando el techo, repitiendo en mi cabeza cada palabra que habíamos intercambiado.
"Esto es tu responsabilidad también. Pero en este momento, no puedo."
Sus palabras seguían resonando en mi mente. Nunca había visto a Frederick tan frío, tan distante, y tan... asustado. Era como si el hombre que había conocido, el hombre que me había atraído por su confianza y control, se hubiera esfumado, dejando en su lugar a alguien que no sabía cómo enfrentar una situación que no podía manejar con la lógica y el control que solía tener.
Me levanté lentamente, sintiendo el peso de la realidad sobre mis hombros. Estaba embarazada. No era algo que podía ignorar, ni siquiera algo que podía posponer. Tenía que tomar decisiones, y tenía que hacerlo sola, ahora que Frederick había dejado claro que no quería involucrarse.
Pero no podía negar que, a pesar de todo, aún deseaba hablar con él, aclarar las cosas. Tal vez había reaccionado mal, tal vez no había comprendido la magnitud de la situación en ese momento. O tal vez... solo estaba buscando una excusa para mantener alguna esperanza de que él cambiaría de opinión.
El sonido de mi teléfono me sacó de mis pensamientos. Me acerqué a la mesa y lo tomé. Era un mensaje de Sarah , la mejor amiga con quien había planeado cenar hace semanas, antes de que todo esto sucediera.
"¿Cómo estás, Mack? No hemos hablado en días. ¿Te pasa algo?"
Suspiré. Sarah siempre sabía cuándo algo andaba mal. Nos conocíamos desde la universidad, y habíamos pasado por muchas cosas juntas, pero esto era diferente. Aún no había encontrado el valor para contarle lo que estaba pasando. No porque no confiara en ella, sino porque, hasta ahora, me había negado a aceptar la realidad por completo.
"Estoy bien", respondí con rapidez, antes de cambiar de opinión. "Bueno, en realidad no. Necesito hablar contigo."
Sarah respondió casi de inmediato. "Voy para allá en diez."
Sabía que, en cuanto Sarah llegara, no podría evitar contarle todo. Era un alivio, de algún modo, tener a alguien en quien confiar. Pero también me aterraba la idea de decirlo en voz alta. Una cosa era tener esos pensamientos girando en mi cabeza, y otra muy distinta era hacerlos reales al hablar de ellos.
Diez minutos después, escuché el timbre de la puerta. Fui a abrir y allí estaba Sarah, con su característico brillo en los ojos y su energía contagiosa. Pero en cuanto me vio, su expresión cambió. Sabía que algo serio estaba ocurriendo.
—Mack, ¿qué ha pasado? —preguntó, entrando y abrazándome sin esperar una respuesta.
Nos sentamos en el sofá, y durante unos minutos, simplemente me quedé allí, intentando ordenar mis pensamientos, mientras Sarah me observaba, esperando pacientemente a que hablara. Finalmente, respiré hondo y solté todo de golpe.
—Estoy embarazada, Sarah. Y... es de Frederick.
Su expresión pasó de la sorpresa a la preocupación en cuestión de segundos.
—¿Frederick, tu jefe? —preguntó, aunque ya sabía la respuesta. Asentí, y ella continuó—. Dios, Mack... ¿Y él qué ha dicho?
—Nada bueno. No quiere saber nada, al menos no ahora. Está abrumado, o asustado, o quién sabe qué... Pero básicamente, me dejó claro que estoy sola en esto.
Sarah se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Luego tomó mi mano.
—Lo siento tanto, Mack. Debes estar sintiéndote horrible.
—Lo estoy —admití, sintiendo las lágrimas empezar a acumularse en mis ojos—. Pero también estoy enfadada, Sar . Estoy enfadada porque él simplemente... se apartó. Como si esto fuera algo que puede ignorar, como si no importara. Y no sé qué hacer ahora.
Sarah apretó mi mano, su mirada firme y decidida.
—Primero, respira. Esto es mucho para procesar, y no tienes que tomar todas las decisiones ahora mismo. Segundo, recuerda que no estás sola. Tienes a mí, y a todos tus amigos. Vamos a estar aquí para ti, pase lo que pase.
—Pero no es lo mismo, Sarah. No es solo mi vida la que está en juego aquí. Es la de este bebé, y también la de Frederick. No puedo simplemente ignorar eso.
—No, no puedes. Pero también tienes que pensar en ti, Mack. Tienes que hacer lo que sea mejor para ti y para ese bebé, no solo lo que Frederick quiera o no quiera hacer. Si él no está listo, no puedes forzarlo. Pero eso no significa que tú tengas que cargar con todo sola.
Su voz era tranquilizadora, y aunque sus palabras eran ciertas, no hacían que el dilema desapareciera. Lo único que realmente quería era que Frederick volviera a ser el hombre que había conocido, el hombre que me había hecho sentir segura y protegida, aunque solo fuera por un momento. Pero sabía que no podía depender de eso.
—No sé si puedo hacerlo, Sar —dije finalmente, sintiéndome más vulnerable de lo que había estado en años—. No sé si puedo criar a este bebé sola.
—No tienes que hacerlo sola. Tienes un sistema de apoyo, tienes a tus amigos, a tu familia. Y si decides que no es el momento, también está bien. Pero lo que sea que decidas, tienes que hacerlo porque es lo que tú quieres, no porque sientas que es tu única opción.
Asentí, aunque todavía no estaba segura de lo que quería. Todo era tan confuso, tan abrumador. Pero hablar con Sarah me ayudó a poner las cosas en perspectiva, al menos un poco. No podía dejar que el miedo o la indecisión me paralizaran. Tenía que ser fuerte, por mí y por el bebé.
—Gracias, Sarah. Realmente necesitaba hablar con alguien.
—Siempre estoy aquí para ti, Mack. No dudes en llamarme, para lo que sea. Vamos a superar esto juntas, ¿de acuerdo?
Nos abrazamos de nuevo, y esta vez, sentí que parte del peso sobre mis hombros se aliviaba, aunque solo fuera un poco. Sarah se quedó conmigo un rato más, y hablamos de cosas más ligeras, tratando de distraerme de la realidad que pronto tendría que enfrentar.
Después de que se fue, me sentí un poco más fuerte, un poco más capaz de enfrentar lo que venía. Sabía que tenía que hablar con Frederick de nuevo, pero no estaba segura de cuándo sería el momento adecuado, o si alguna vez lo sería. Pero por ahora, solo podía concentrarme en el presente, en cuidarme a mí misma y en prepararme para lo que viniera.
Esa noche, me acosté temprano, sabiendo que el descanso era más necesario que nunca. Mientras me acomodaba bajo las sábanas, sentí una mano en mi vientre, un gesto instintivo que no había planeado. Sentí una mezcla de emociones: miedo, esperanza, confusión, pero también un sentido de responsabilidad que no había experimentado antes.
Este bebé, esta nueva vida, ya estaba cambiando la mía de maneras que no había anticipado. Y aunque el camino por delante parecía incierto y lleno de desafíos, no estaba completamente sola. Tendría que enfrentar a Frederick de nuevo, y tendría que tomar decisiones difíciles, pero sabía que, de alguna manera, encontraría la fuerza para hacerlo.
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Penúltimo capítulo del dia! Ojalá les guste! Denle apoyo y síganme en mis redes sociales!
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Building dreams
Teen FictionFrederick Montgomery es el dueño de las empresas más prestigiosas del mundo, un hombre de carácter implacable y presencia dominante. Arrogante, frío y calculador, siempre ha puesto los negocios por encima de todo, incluso de su familia. Viudo y padr...