Agua

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Abrí los ojos y, para mi sorpresa, estaba en la frontera entre el bosque y el área deportiva de la academia.

De alguna forma estaba de vuelta en la institución ¿Cómo había llegado hasta ahí si estaba inconsiente? ¿y qué sobre el lobo que vi como se transformaba? Estaba seguro de que tendría relación todo pero eran como piezas de rompecabezas distintos, no encajan de ninguna forma.

Me levanté del suelo y sacudí la tierra y las hojas secas que mi ropa había acumulado liberando una nube de suciedad a mi alrededor. En esos momentos no podía ver mi aspecto pero estaba casi seguro que luciría como un vagabundo que acaba de sumergirse en basura.

Tambaleando un poco por la reciente inconciencia, me dirigí a las duchas de los atletas, gracias a la recomendación de Ben y de Jay pude quedarme en el equipo de ese deporte que ni siquiera sé como se llama y solamente tendría que sentarme en una banca durante todo el rato, nada que sea problema para mi.

Las duchas estaban vacías, pareciera como si ese día nadie hubiese entrenado (o tal vez nadie se hubiese duchado después...). Era la única persona que estaba en la habitación, lo que me liberó de la incomodidad que estos me causaban. Por cierta razón me incomoda ducharme o cambiarme frente a otros chicos.

Abrí el agua y esperé a que se regulara la temperatura del chorro y después, me sumergí en el agua dejando que las gotas que caían en mi cuerpo se llevaran mi mala suerte.

Demoré todo lo que pude en bañarme, no tenía prisa por ir a reclamar a mis "amigos" el que me hubieran dejado solo hundiendome en un pantano en un bosque extraño a kilómetros de la academia.

Fui a mi casillero a buscar algo de ropa cubriendome solo con una toalla. Tomé una playera blanca de manga larga y unos jeans negros ajustados, me cambié y salí de los vestidores.

-¿Dónde estuviste durante todo el día? -preguntó Ben sorprendiendome por su repentina aparición detrás mio.

-Me sorprendiste- reclamé tocandome el pecho y sintiendo mis latidos un poco acelerados por su aparición.

-Nadie sabía dónde estabas, ni siquiera tus amigos.

-¿Amigos? Ja -me burlé del calificativo que les daba- No creo que se puedan considerar amigos.

-¿Por qué lo dices? Creí que se llevaban bien, después de todo son muy parecidos -trató de remediar Ben pero yo no estaba de humor ni siquiera para pensar antes de hablar.

-El que seamos hijos de villanos no nos obliga a llevarnos bien.

-Si tu lo dices... -el príncipe alzó las manos para indicar su rendición- Supongo que ya que es día libre y que no tienes ni un amigo -Auch-, tendrás tiempo libre para hablar.

-S-supongo...

-Me ducharé y luego hablaremos, esperame aquí ¿si? No te vayas.

Rápido se metió a los vestidores y se duchó aún mas velóz. Yo le esperaba afuera de los vestidores recargado en la pared mientras jugueteaba con el collar que había robado pasandolo por mis dedos y desorientandome con los destellos que me enceguecían momentaneamente.

"¿Qué trucos escondidos tendrá este collar?" Pensaba al verlo.

Ben salió y lo guarde rápido en mis bolsillos procurando que no lo viera, lo último que quería era problemas con el hada madrina.

Miré al principe y pude notar que solo traía puesto un pantalon gris ceñido, dejando a la vista sus abdominales marcados, ¿por qué diablos no traía una camisa puesta?

Lo miré como un estúpido por varios segundos hasta que me percaté de lo raro que era estar así.

-¿Te sientes bien? -me preguntó confundido por mi reacción de verlo... así.

-Ah... si, si, claro. Solo estaba... viendo... -Miré su rostro y pude ver que me observaba con extrañesa y podría decirse que miedo por mi mirada acosadora- ¿Por qué no traes camisa? -pregunte aparentando normalidad e intentando salvar la poca dignidad que me quedaba.

-Bien... es dificil de decir pero creo que necesito que me prestes algo de ropa.

Abrí los ojos como platos. ¿Me estaba pidiendo una camisa prestada? ¿El principe -futuro rey- vistiendo como yo? Para su suerte, tenía algo de ropa extra en mi casillero, no tengo idea de para qué si casi nunca entraba a la cancha, pero ahora pienso que fue buena idea.

Abrí la puerta de mi casillero y comencé a menear dentro en busca de una prenda que le quedara.

-¿Que prefieres negro o blanco? -pregunté.

-¿Acaso eres alergico a los otros colores? -se burló-. Es decir, nunca te he visto con algo que no sea negro, blanco... o negro con blanco...

-¿Que hay de malo en eso? Mis colores favoritos son el negro y el blanco... En menor medida el rojo pero solo lo uso para no verme tan gris.

-Ja, igual que tu madre ¿no es verdad?

-¿Algún inconveniente?

-Ninguno, solo es que tu... y Mal, Evie y Jay, son muy apegados a sus padres. Quieren ser iguales, vestirse iguales, comportarse iguales ¿No han pensado en querer ser distintos? ¿Querer ser... ustedes?

-Sabes -dejé de buscar y lo miré con seriedad- me molesta que cuando quieres decir algo sobre mi, ya sea una observación o una "sutil" critica, te dirijas a mi con ustedes. Yo no soy como ellos, mi lugar no es aquí en la escuela o en la isla, y todos los defectos que tengo son mios, no de todos los villanos.

-Lo siento -dijo él y al instante supe que fui un poco violento al decirlo pero tenia la necesidad de desahogarme. Volví a mirar su cara y toda la vergüenza que albergaba su rostro pasó al mio.

-Bien, ahora cubrete rápido que no tengo mucho tiempo -tomé una chaqueta de cuero rasgado y algo viejo y se la lancé sin importarme si le quedara o no.

Se la puso sin objetar y, por suerte, le quedó bien.

-Ok, ya tienes lo que ocupabas, entonces -suspiré- me voy.

-E-espera, yo estaba pensando...

-¿Pensando? ¡Oh, que milagro! -dije sin pensar.

-¿Podrías dejar de lado tu sarcasmo y escucharme? -pude notar que se sintió mucho con el comentario-. Pensaba en que desde el dia en que pelearon, tu y Raina, ella... está muy... diferente.

-¿Diferente? ¿En qué sentido? -pregunté sorprendido, está bien que le caiga mal y eso, el odio es mutuo, pero el que cambiara es muy raro.

-Está más ¿cómo explicarlo...? Mas apagada.

-¿Apagada?

-Apagada. Está mas callada, se aparta de los chicos que le coquetean -contaba cada aspecto con un dedo de la mano derecha-, no es tan alegre como antes, ya ni siquiera responde a ningun mensaje, de repente le entran ataques de furia... ¿Que rayos pasó entre ustedes dos?

Palidecí ante la duda ¿Será a caso que Raina se comporta así por el beso que accidentalmente le di? Ni siquiera sé por qué lo hice, tal vez para callarla, no lo sé.

-Discutimos -respondí como máquina, lo mas rapido y seco que pude.

-No creo que haya sido solo eso.

-Lo fue.

-Lo dudo.

-Me tengo que ir -Intenté irme pero Ben me tomó del hombro y me regresó frente a él para volverme a cuestionar con lo que le hice a Raina.

-Ya es tarde -miré al cielo que estaba pintando de un azul oscuro los rayos anaranjados del ocaso. Me safé del agarre de ben y corrí hacia los dormitorios.

-Hey -gritó tas de mi- No te escaparás de contarme.

"Espero que si " pensé.

Pieles y coronasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora