¿Había oido bien?
Ben creía que Raina y yo salíamos ¿qué razón tiene para decirlo? Yo por nada del mundo saldría con alguien como ella; y no me malinterpreten, ella es linda, carismatica, popular, poderosa pero también es la persona que mas odio del mundo.
-Y también te recomiendo que si se van a besar cuidense de las cámaras -Ben se notaba divertido con la situación. Sacó su celular y me mostró el video que algún idiota princesito había tomado de mi y Raina esta mañana.
-Pero si solo han pasado... -conté con mis dedos- ¡ocho horas!
-Te dije, los chismes vuelan por aquí.
Me quejé por dentro y me reacomodé en el sillón resignado.
-Te fijas que nunca negaste nada -me dijo ben aún mas divertido de mi encrucijada.
-Claro que... yo... ella... ¡No estamos saliendo!
El principe rió a carcajadas a lo que yo respondí con un puchero mas que infantil. Tardó minutos en parar de reir y de rodar por el suelo cual tonto. ¿Por qué le hacía tanta gracia que negara por completo algo con Raina? Era extraño, todo en ese lugar era extraño y raro.
-¿Y a qué debo tu visita? -me preguntó Ben, ya pasado su episodio de burla.
-Yo... quería devolverte a Chico, tal vez sea un gran amigo tuyo pero yo no me llevo con animales. No son mi estilo.
-Bien, y ¿dónde está?
Pasé mi vista por todo el lugar sin encontrar señales del perro.
-Creí que estaría aquí -dije preocupado de lo que podría ser de él, si lo perdía (de nuevo) Ben me mataría.
-Quizás esté afuera de la caverna, nunca le han gustado los lugares oscuros y siempre que me acompañaba lo tenía que cargar hasta aquí, y después cuidarlo de que no se lanzara por el risco.
Ben se levantó del suelo y se encaminó a la salida de aquel lugar.
-Tu esperame aquí, iré a buscar a Chico. No tardo -dijo desapareciendo en la oscuridad de la grieta de salida.
Me quedé solo, mirando el bello paisaje que tenía enfrente. O al menos así era hasta que una voz, extrañamante familiar hizo eco en mi cabeza.
-Hermoso ¿no?
Giré mi cabeza para todos lados sin encontrarme a nadie. Regresé la vista al panorama pero, ahora una blanca sonrisa lo cubría e impedia que siguiera observando.
Al instante todo quedó claro, era otra vez ese molesto chico-gato que intentó comerme.
-¡Tu! -grité acusadoramente y con rencor.
-¡Yo!
-¿Qué quieres ahora?
-Quiero tu perdón -dijo con melancolía y falsa tristeza.
-¿Mi per-?
-Obviamente no -exclamó haciendose notar su lado loco-. Vengo a componer algo que creo que hice mal.
-Bien...
Después de un largo e incómodo silencio, Sheld desapareció sin hacer nads mas que su sátira sonrisa.
-¡Espera, ¿no ibas a hacer algo?!
-Mi error no se soluciona tan fácil. Pero será un espectáculo maravilloso y no te preocupes, esta no será la ultima vez que me veas, así que quita esa cara de perrito triste...
La voz del chico-gato se escuchaba cada vez mas distante y distorcionada causando un ligero escalofrio en mi.
Empezaba a odiar a ese chico, que solo buscaba divertirse conmigo como su marioneta. Bufé al viento y regresé a mi tarea de observar la naturaleza.
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Pieles y coronas
FanfictieLa vida de Carlos nunca ha sido un cuento de hadas. Ahora tiene una nueva oportunidad para rehacerla fuera de la isla. Ser bueno, es la parte difícil. El mundo es muy distinto aquí y si creías que los villanos eran malos, deberías conocer a la reale...