Alejalo de mi

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Los primeros rayos de sol llegaron a mis parpados cual dagas, provocándome cerrarlos aún mas y espantando el bendito sueño.

Me dí la vuelta sobre mí mismo y me cubrí totalmente con la cobija. Sentí unas manos que me sacudían una y otra vez con la molesta intención de despertarme pero me seguía negando.

—¡Vámos, despierta de una buena vez Carlos!

Como respuesta, de mí solo salió un quejido extraño que no hizo mas que alentar a quien fuese que me estuviese molestando.

Después de unos momentos, el meneo se detuvo y pensé que habría ganado y que podría seguir durmiendo. Desafortunadamente la persona volvió, no sabía quien era, estaba demasiado adormilado para averiguarlo, pero sabía que fuera quien fuera me las pagaría por despertarme así.

Supuse que seguiría diciéndome que me levante pero en vez de eso fue un ladrido, estaba seguro de que había un perro en la habitación. Instintivamente me desperté por completo al instante y me senté sobre la cama. Lancé la cobija y las almohadas hacia un lado y me puse de pie sobre la cama desnuda recargándome en la pared como si una manada de lobos me estuviese acorralando, listos para atacar.

Miré a mi alrededor y pude ver como Ben estaba intentando aguantarse y no reirse de mi reacción. Le dediqué una seña que le mostraba lo que pensaba en ese instante: que era un...

Un nuevo ladrido me paralizó y mi mirada bajó a la mano del príncipe que sostenía una correa. Lentamente recorrí toda la correa con la mirada hasta llegar al otro extremo donde estaba El perro.

—¡Un perro! —grité— ¡¿Que hace aquí eso?!

—Jaja, siempre tan exagerado —me respondió un príncipe para nada cordial.

Lentamente bajé de la cama por el lado contrario del que ellos se encontraban y, sin darles nunca la espalda, me acerqué a la ventana para cerrar las cortinas y detener la luz que comenzaba a lastimar mis ojos.

Ya con menos luz pude apreciar mejor a los intrusos y poder discutir mejor.

—Sacalo de aquí —ordené casi gritando por la ansiedad que me causaba tener a esa criatura cerca.

—Por supuesto que no —dijo cruzando los brazos con toda la relajación del mundo—. Este será tu nuevo amigo —prosiguió señalando al perro.

—¡¿Q-que qué?!

—Vine a devolverte esto —me lanzó un bulto de tela negro que torpemente atrapé en el aire— y a agradecerte.

—De nada, ahora saca a ese perro de aquí.

—No tan pronto, esta es la forma de agradecerte —dijo haciendo una media sonrisa.

—¿Con un perro? ¡Odio los perros!

—Con clases —me corrigió.

Entonces era cierto lo que había dicho de clases para tratar con perros, que gran estupidez. Era de las peores ideas que conocía pero sabía que no me dejaría en paz hasta que lo lograra.

—Este es chico, es mi mascota desde hace 6 años y lo cuido como si fuese mi hijo, mas te vale cuidarlo igual.

—Espera, yo no... puedo... cuidarlo —dije lentamente mientras veía como corría por el pasillo escapando de mi y dejandome con una carga insoportable para mi.

Regresé la vista a dentro de mi habitación hasta estar frente a frente con la bola de pelos que yacía en el suelo, retándome con la mirada mientras me gruñía.

Al principio sentí temor ante chico, luego se convirtió en desprecio y a partir de ahí, mi odio fue cada vez mayor. Tenía que encontrar a Ben para devolverselo y deshacerme de una buena vez de eso pero antes tendría que cambiarme la pijama por ropa decente para poder salir.

Tomé una bara que nunca antes había visto pero que ahora agradecía que estuviese ahí, y con ella alzé el extremo de la correa que el príncipe había abandonado para así, tirar al perro fuera de mi habitación.

Se resistió un poco, parecía que Ben lo había entrenado para parecer una estatua así que tuve que arrastrarlo hasta el pasillo.

Ya sin nada ni nadie en la habitación, me cambié por mi ropa ordinaria. Acomodé en su lugar la chaqueta que Ben ma había devuelto y salí de la habitación para devolver el "regalo" de su majestad.

Antes de salir vi el collar que sobresalía del cajón donde planeaba guardarlo, no confiaba en nadie en esta academia y, sin pensarlo dos veces, lo tomé y lo llevé conmigo.

El pasillo estaba desierto, ni siquiera el perro estaba allí, lo que era malo.

«Ben me matará si pierdo a su perro» pensé.

Solo habían pasado diez minutos y ya había extraviado a su amada mascota, era mas que evidente que los perros solo traían problemas.

Corría por los pasillos de toda la escuela en busca de la criatura que desapareció, esperaba que fuese muy ruidosa, así sería mas fácil pero al contrario, se escabulló en las sombras sin dejar rastro de a dónde iba.

—¡Ahhh! —se escuchó un grito desde la sala de arte, a unos cuantos salones de donde yo estaba. Inmediatamente corrí hacia donde se escuchó el quejido esperando que fuera por culpa de chico, aunque a la vez deseaba no volverlo a ver jamás.

Entré al salón de arte y pude comprobar que, efectivamente, era chico el que causaba tanto alboroto. Estaba ladrandole a una chica que sostenía un cachorrito en sus manos.

«Increible, todos en este lugar tienen perros» pensé recordando a Raina y su cachorro, Ben y chico y la chica que estaba atacando ahora.

Me acerqué a donde el perro estaba y jalé de su correa con todas mis fuerzas. Por suerte no era un perro muy grande, pero aún así tenía una fuerza asombrosa. Tiraba de él para inentar apartarlo pero ponía resistencia.

—¡Chico, detente! —le ordené y, para mi sorpresa, obedeció. Se detuvo de ladrar y se sentó a un lado mio con la mas natural de las calmas.

Tiré la correa al suelo y corrí a un lado de la chica para poder auxiliarla. Ignoré por completo el tema del perro y me acerqué a ella apartando al cachorro de su rostro.

—¿Estás bien? ¿Te hizo algún daño? Dejame llevarte a la enferme... ria.

Abrí los ojos como platos y la mandibula se me safó completo al notar que la persona a la que acababa de rescatar era...

—¿Raina? —dije sin poder creer que era ella.

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Primero que nada, quiero agradecerles por leer la historia y comentar que les gusta xD.

Segundo, me gustaría saber que opinan, no tengan miedo de comentar.

Acepto quejas, sugerencias, ideas, tan solo una carita… Sientanse libres de expresarse (que no muerdo).

Y otra vez gracias, espero que les halla gustado el capitulo y nos vemos en el siguiente ;)

Pieles y coronasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora