Una mano se aferró a la cornisa, luego otra y después Jay estaba saltando por la ventana de la habitación.
—¡Qué diablos…!
—¡Con cuidado! —le dijo el chico a alguien debajo suyo—. ¿No fue suficiente con destruir la ventana?
La persona desconocida gruñó.
Mientras tanto, Mal, Evie y yo mirábamos inmóviles cómo el chico entraba sorteando los pedazos de cristal roto y después ayudando a alguien más a subir.
—Hey, pueden ayudarnos si quieren —dijo Jay dirigiéndose a nosotros.
No tenía ni idea de lo que estaba pasando.
Todo se volvió más extraño cuando por la misma ventana entraron Rick y Robin.
El último tenía un vendaje improvisado sobre su pierna totalmente ensangrentado. Entonces noté que todos tenían varias lesiones y golpes por todo el cuerpo, pero el más damnificado era el arquero.
Jay y Rick lo recostaron sobre la cama de Evie.
—¡Por Merlin, ¿Qué diablos les sucedió?!
Robin soltó un quejido y se agarró la pierna.
—Es una historia interesante —bromeó Jay.
El chico en la cama seguía ahogando gritos de dolor conforme Rick desenvolvía la herida. No tenía un buen aspecto.
—Por favor, ayudenlo —Rick nos interrumpió.
Creo era la primera vez que el chico-lobo lucía vulnerable. Siempre con su cara seria y su actitud mezquina. Al parecer no sólo hay rocas en su pecho.
—Mal ¿Puedes usar algo de magia para tratar la herida? —preguntó Jay. Mal asintió y fue a auxiliarlo.
—¿Qué les pasó?
—Fuimos emboscados — dijo Jay. Evie se acercó a él para revisar sus heridas aunque no había nada serio de que preocuparse—. Los soldados del reino nos atacaron.
—¿Soldados? ¿Te refieres a soldados de Auradon? —preguntó sorprendida.
—Pero solo el rey puede dar la orden de ataque…
—Ben no sería capaz ¿O sí? —dudé por un segundo.
Robin gruñó fuerte cuando Mal comenzó a poner un poco de magia sobre la herida.
—¡Aahrg! ¡Ahg! No… no eran soldados de Auradon —dijo con trabajo— ¡Aaghr!
—Shh, shh. No te esfuerces de más —Mal le pidió que dejará de hablar.
—Naipes —intervino Rick esta vez—. Las armaduras negras que llevaban son características del ejército de espadas —explicó.
Naipes…
—¿Dices que el ejército del País de las Maravillas está rondando el bosque y atacando criaturas sin razón?
Rick asintió. La seriedad se había vuelto a apoderar de su rostro pero ahora no se veía furioso sino que sus ojos tenían un brillo sombrío y turbio.
—No sin razón… Nos están cazando.
Un pequeño silencio se hizo en el lugar. Aquellas declaraciones eran muy fuertes como para tomarse a la ligera y, sumado a su repentina aparición, todos seguíamos mareados y sin saber realmente qué está pasando.
—Pff, eso no suena muy lógico… ¿Soldados de otro reino muy lejano vienen a nuestro mundo para atacar a los seres periféricos?
Rick gruñó. Era más que obvio que no éramos de su total agrado pero las palabras sarcásticas de Evie lo volvían aún más mezquino con nosotros.

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Pieles y coronas
Fiksi PenggemarLa vida de Carlos nunca ha sido un cuento de hadas. Ahora tiene una nueva oportunidad para rehacerla fuera de la isla. Ser bueno, es la parte difícil. El mundo es muy distinto aquí y si creías que los villanos eran malos, deberías conocer a la reale...