Tocaron a la puerta. Cada golpe resonaba en mi, aún dormida, cabeza. Poco a poco fui abriendo los ojos y despejando el sueño de mi cuerpo.
Sheld aún estaba completamente dormido junto a mi. Incluso inconsciente era hermoso, nunca sabré cual es su secreto para serlo siempre.
Tocaron de nuevo la puerta ganándose mi odio matutino por no permitirme admirar más a mi lindo gatito.
Acaricié suavemente su cabello y me deslicé con cuidado fuera de la cama.
Caminé hasta la puerta con pereza, aunque los toques eran cada vez más desesperados. Abrí la puerta.
El sueño que tenía se fue tras ver al rey de Auradon frente a mi.
-Carlos -suspiró casi aliviado.
Me quedé en blanco total al verlo. No quería verlo, mucho menos ahora que todo es tan perfecto junto a Sheld, pero ahí estaba... Ahí estaba Ben ¿Que quería ahora?
Cualquier persona hubiera notado lo nervioso que estaba el rey... Cualquiera excepto yo, al menos no en mi estado de shock.
Su mirada vagaba por todos lados y masajeaba su cuello mientras balbuceaba buscando las palabras para hablar.
-C-carlos, yo... necesito decirte... yo, eh... ¿Podemos hablar?
Seguía mirándolo fijamente, deseando poder leer su mente y descubrir que es lo que quería antes de que arruinara todo... Otra vez.
-Oye, yo... -volvió a hablar-. Quiero arreglar las cosas... entre nosotros... No hice lo correcto y... Tenemos que hablar... ¿Puedo pasar?
Cerré la puerta un poco, negándole la entrada y dejando el suficiente espacio para que sólo pudiera ver mi rostro.
-No es buena idea, no quiero hablar contigo -Seguía molesto, todas esas emociones que había provocado seguían dentro de mi, hiriéndome aún. A pesar de que Sheld las hubiera sanado, permanecían ahí-. Nunca.
Traté de cerrar la puerta pero Ben la detuvo y entró a la fuerza a la habitación. Sheld gruñó pero por suerte no logró despertarlo. El no se merecía tener que lidiar con esto.
-¿¡Eres idiota!? -reproché en susurros al chico-. Mi novio está dormido, no quiero despertarlo.
Quería hacer más evidente la parte de "mi novio" para dejarle en claro lo qué era mi nueva vida lejos de él.
-¡Novio! -repitió con rabia.
-Shhh.
Me tomó del brazo con fuerza y me arrastró fuera de la habitación.
-¡Se supone que yo debería ser tu novio! -gritó en el pasillo.
-¿Se supone? -me burlé incrédulo de lo que acababa de decir. ¿Él, mi novio? Me hacía odiarlo cada vez más.
-No puedes negar que aún te gusto, nunca lo has dicho -reclamó por lo bajo.
Estaba más que sorprendido de lo que alegaba ¿Que le daba el derecho de reclamarme sobre MIS sentimientos? Y sobre todo ¿Que le había hecho cambiar de opinión? Pensé que...
-Pensé que ya no me querías -dije sin darme cuenta.
Su cara pareció transformarse y su enojo y ceño fruncido cambió por un gesto más sombrío y triste.
-No... no quería decir eso realmente.
Dejó de hablar y apartó la vista de mí. Sus brazos se enrollaron sobre si mismo. Por un momento sentí lástima por él, pero ¿por qué?
-¿Y que querías decir? -pregunté sin intensión de buscar una respuesta. Creo que no lograba ni comprenderse él mismo. Me preocupaba el saber que tenía a un rey inestable gobernándome-. Dejaste muy en claro que lo nuestro nunca existió. Ahora, por favor, dejame dormir.
-¡Carlos! -me llamó antes de entrar a la habitación-. Aún te amo.
Cerré la puerta dejando solo en el pasillo pero aún seguía viendolo en mi cabeza; tan triste, tan vulnerable. Sus palabras hacían eco en mi cabeza.
Hace algún tiempo, el escuchar su confesión de amor salir de sus labios me habría hecho gritar como loco. Era lo que más deseaba. Pero ahora, preferiría no tener que verlo nunca más.
Había un dolor en mi pecho. Llevé una mano hacia el; no era mi corazón, era algo más...
-Carlos -susurró Sheld en su ensoñación devolviéndome a la tierra. Recién despertaba, gracias al cielo no había escuchado nada de la plática con Ben.
-Vuelve a dormir, amor -susurré conteniendo el grito que la ternura de mi novio despedía.
-Ne-necesito algo para a-abrazar -dijo entre bostezos.
Sólo con eso, devolvió la calma que perdí y me obligó a hacer lo que decía. Abrió los brazos, lucía como un hermoso peluche de gato que deseaba apretujar hasta asfixiarlo -Claro, sino moría de ternura antes-. Me metí bajo las sabanas nuevamente y me acurruqué en sus brazos hasta quedar ambos dormidos.
No había duda alguna, mi lugar es junto a Sheld y mi corazón le pertenece. No dejaría que Ben arruine mi felicidad con sus juegos...
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Hola a todos😁,
Aquí les traigo otro capítulo, lo sé es algo corto pero fuerte.
Espero que les haya gustado y gracias por seguir leyendo.
D.
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Pieles y coronas
FanficLa vida de Carlos nunca ha sido un cuento de hadas. Ahora tiene una nueva oportunidad para rehacerla fuera de la isla. Ser bueno, es la parte difícil. El mundo es muy distinto aquí y si creías que los villanos eran malos, deberías conocer a la reale...