Tres preguntas

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Tenía pensamientos encontrados en mi cabeza dando vueltas como una batidora. El principal problema era saber cómo diablos le iba a coquetear a Sheld, era algo demasiado nuevo y confuso para mi. Evie me había recomendado hacer lo mismo que hice con Ben pero NO SÉ QUÉ HICE PARA GUSTARLE.

El amor es complicado, al menos para mi, así lo es. Traté de hacer las cosas que me gustaban de Ben pero no resultaba tan bien como lo esperaba; resulta que Sheld es un poco más especial que los demás chicos y tomaba todo como un juego.

Después de que se disculpara no tuve mas remedio que decirle por qué lo buscaba, claro no de una forma tan directa:

-Quiero hablar contigo-le dije nervioso.

Él me sonrió maliciosamente. No sabía cómo reaccionar a eso ¿Qué estaba pensando? Me lo preguntaba todo el tiempo pero la respuesta nunca parecía ser algo lógico.

-¿De qué quieres hablar? ¿Es sobre Ben?-preguntó con interés y complicidad.

-Eh... Algo así.

-Bien ¿qué quieres saber? ¿Si le gustas?

-No es nada de eso... -aclaré algo incómodo por el tema. Me sentía raro recordando a Ben estando en medio de todo esto.

-¿Pero no quieres saber si le gustas aún?-inquirió el chico gato acariciando mi mejilla con sus garras y paseándose a mi alrededor como si me estuviera asechando, presionándome para caer en su trampa de palabras.

-Ya lo superé-mentí.

-Aww... lastima-dijo con un dejo de tristeza ajena-. Él aún no ha podido hacer lo mismo. Lo creas o no, sigue hablando de ti. Inconscientemente te extraña pero bueno... ¿Qué le vamos a hacer?

No sé qué sentí cuando lo escuché pero no quería creer que fuera cierto. No podía arriesgarme y descubrir que fueron inventos gatunos solo para vengarse de mi.

-Pues yo ya lo olvidé-resalté para hacer que Sheld dejara el tema-. No quiero hablar de él.

-Bien, entonces ¿sobre qué quieres hablar?

-Sobre ti y... sobre mi.... supongo.

El chico me miró desconfiando un poco sobre mis intenciones pero no tardó mucho en volver a la felicidad y locura.

-Bien, si estás tan interesado en saber de mi juguemos algo, contestaré tres preguntas y tu contestarás cuatro ¿de acuerdo?-planteó extendiéndome la mano para cerrar el trato.

-Acepto-dije tomandole la mano y sellando el pacto-. Pero ¿por qué tu tienes una pregunta más?

-Porque tu eres el que está interesado en mi vida-contestó haciendo énfasis en la notoriedad de lo obvio-. Además yo pongo las reglas.

-¿Ok? -Comencé a desconfiar de lo seguro que sería después de eso. Quiero decir, Sheld prácticamente está loco y quién sabe qué podría idear para divertirse un poco conmigo.

-Inicia tu -me dijo.

-Ahh... -Dudé en que preguntarle, tenía sólo tres oportunidades y no quería arruinar todo y luego tener que pagar por nada-. Es difícil de decidir...

-Habla pronto o me iré. Odio esta parte del bosque cuando es de noche -dijo dando un vistazo con desagrado al rededor.

-Cierto, es tarde. Tengo que volver antes de que oscurezca -recordé de repente. Levanté la vista y miré el cielo, aún había luz pero pronto se metería el sol y seguía muy lejos de la academia-. ¡Maldición!

-¡JA! No me digas que le temes a la oscuridad. Pobres humanos, son todos tan miedosos -se burló haciendo hincapié en avergonzarme.

-No le temo a la oscuridad... Sólo me preocupa lo que se esconde en ella ¿Tu no?

-¡Primer pregunta! -vociferó-. Y no, ¿por qué le temería a lo que hay en las sombras si soy yo? Pregunta retórica, no cuenta.

-Yo... ¡No, esa no era una pregunta!

-Claro que lo era. Mi turno de preguntar.... -Llevó su mano a la barbilla dubitativo-. Lo tengo, ¿Qué es lo que más temes?

-¿Qué? No responderé eso.

-Lo harás o te despedirás de tus otras dos preguntas -amenazó sonriendo cínicamente de oreja a oreja.

-No, no. No contestaré eso y ya es tarde, tengo que irme o no podré ver nada.

Abrí de nuevo el espejo y me encaminé hacia donde apuntaba la flecha pero alguien me detuvo antes de poder salir de ahí. Sheld me tomó de la mano y me jaló hacia él.

-Vamos, todavía no terminamos el juego -Me sonrió haciéndome desear no quererme ir.

Me sentía raro tomando su mano, era rasposa y estaba fría y era más extraña la sensación de sus garras sobre mi muñeca pero por dentro me sentía como si fuera lo que estaba buscando, como si esa sensación fuera lo que mi inconsciente pedía de nuevo.

Me concentre en ver nuestras manos unidas y debatir en mi cabeza. Sheld esperaba que le respondiera pero ni siquiera había entendido sus palabras.

Ante mi silencio, Sheld jaló nuevamente de mi brazo y nos acercó aun más. Mi corazón se aceleró y me ponía más nervioso con cada segundo. Pasó su mano por alrededor de mi cuello y acercó su boca a mi oído.

-El sol se ocultará antes de que llegues a la academia, deberías conseguir un lugar más cercano para pasar la noche -dijo suavemente.

-¿Si? ¿Y qué lugar es ese?

-Segunda pregunta -susurró aún en mi oído. Sheld contuvo una risita y se alejó de mi a una distancia algo más apropiada-. Mi casa es una buena opción.

Esto era aterradoramente extraño y tan conveniente a la vez que era casi imposible de creer.

-Bien, ¿dónde vi-? -me detuve antes de desperdiciar la ÚLTIMA pregunta que tenía-. Acepto tu oferta.

El chico sonrió y por alguna razón me hizo enrojecer.

-Sigueme.

Dio la vuelta y se adentro al bosque. Estaba ansioso por conocer donde vivía y quizás las cosas se dieran más fácil entre nosotros después de eso. Espero que si.

••••••••

Hola una vez más,

Aquí está un nuevo capítulo, esperó que les guste. He decidido ir un poco más lento con la trama para no arruinarla pero prometo que los próximos capítulos serán más largos.

Diganme que les parece ¿que opinan de el plan de Sheld? En lo personal me emociona .

Nos vemos en otro cap,

D.

Pieles y coronasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora